Hambre, perspicacia y arte
Messi cierra la goleada del tridente con su tercera diana consecutiva de falta
Desde 1992 no se ha decidido una eliminatoria de Copa en el Camp Nou en una prórroga, pero el partido avanzaba imparable hacia la prolongación hasta que tuvo que aparecer el de siempre, el número uno, para volver a convertir en arte la ejecución de un libre directo. Messi ha transformado 26 faltas directas, una más que el gran experto Koeman, y por primera vez en su carrera acumula tres partidos consecutivos marcando con esta especialidad. Así dejó abierta la eliminatoria en San Mamés, salvó un punto en Villarreal y concedió ayer el pase del Barça a los cuartos. El equipo materializó la remontada con tres goles del tridente atacante. Suárez, Neymar y Messi volvieron a marcar en un mismo partido por primera vez desde septiembre en el campo del Leganés y rebasaron en conjunto la barrera de los 300 goles (302).
El gol de Saborit había enfriado al Barcelona, que con la eliminatoria igualada atravesaba un período de dudas. Una falta a cinco metros del área concedió esperanzas al Camp Nou. La posición parecía más favorable para el lanzamiento de un diestro, pero Messi no dudó en asumir la responsabilidad. Buscó una trayectoria infrecuente, por el lateral de la barrera, donde se había situado Piqué para apartarse al paso del esférico, y el argentino envió con toda precisión a la base del palo izquierdo de Iraizoz. Los delanteros del Barça reafirmaron su condición de pesadilla para el portero navarro. Han marcado conjuntamente en 17 partidos, en tres de los cuales el Athletic era el rival de turno.
Luis Suárez inició la tortura. Desmar- que, instinto, talento, potencia y precisión. El uruguayo reunió en una acción todas las cualidades de un depredador único para convertir su gol número 100 con el equipo. Fabricó un destino para el centro de Neymar, colocó el cuerpo en la postura adecuada y detonó una volea acrobática y meteóri- ca, una pelota imposible para los reflejos de un portero de carne y hueso. Desde Kubala, que necesitó 103 partidos, ningún delantero blaugrana había precisado tan pocas actuaciones como Suárez (120) para alcanzar la barrera de las cien dianas. “¡Uruguayo, uruguayo!”, clamó un Camp Nou soliviantado, inmerso en la psicosis de los arbitrajes, bien alimentada por Gil Manzano.
El colegiado extremeño abortó los dos primeros ataques del Barça señalizando posiciones de fuera de juego de Suárez de manera errónea. Incluso llegó a invalidar un gol legal del uruguayo en el minuto 26 ante la estupefacción del jugador y la indignación del estadio, que ayer protestó ostentosamente contra Javier Tebas, el presidente de LaLiga, y aclamó a Piqué, expedientado a instancias del colectivo arbitral. Hambriento, Luisito controló las emociones y esperó su momento. Una lucha titánica de Messi por el control de una pelota, un servicio en profundidad a Neymar, con tiempo y espacio para precisar el centro, y remate inapelable de Suárez. Con la diestra, el arma con que ha facturado la mayor parte (71) de sus tantos, de los que once han sido con la cabeza.
Al comienzo del segundo tiempo Neymar se ocupó de transformar un penalti incuestionable que le cometió Bóveda. Lanzó con suspense, forzando la reacción precipitada de Iraizoz y colocando el esférico por el centro. A todo, incluso a la ejecución de una pena máxima, necesita aplicarle un barniz estético el brasileño. No había marcado desde el 19 de octubre contra el Manchester City y rompió una anómala sequía realizadora de 1.023 minutos. Un barbecho que el brasileño ha venido compensando a base de asistencias, 14 a lo largo de la presente campaña.
ANTONI LÓPEZ TOVAR CENTENARIO URUGUAYO Suárez facturó su gol número cien con el equipo con una volea extraordinaria
LA PESADILLA ROJI BLANCA Los delanteros del Barça al completo han marcado en tres partidos contra el Athletic