El despliegue de tanques de EE.UU. en Polonia irrita a Moscú
El Kremlin considera la operación como una amenaza a sólo días de la llegada de Trump
A una semana de que Donald Trump se convierta en el nuevo presidente de EE.UU., el despliegue en Polonia de tanques estadounidenses se interpreta en Rusia como una amenaza. Aunque las acusaciones contra Moscú han crecido en los últimos días, el Kremlin insiste en que desea que las relaciones entre ambos países mejoren. Las autoridades rusas niegan que sus servicios secretos tengan material comprometedor sobre Trump, como ha publicado en los últimos días la prensa estadounidense.
“Cualquier país puede percibir de forma negativa el fortalecimiento de fuerzas militares extranjeras cerca de sus fronteras. Y es así como nosotros lo percibimos: una amenaza a nuestros intereses y nuestra seguridad”, señaló el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Efectivos militares de EE.UU. comenzaron a llegar ayer desde Alemania a Polonia para fortalecer el flanco este de la Alianza. Está compuesto por cerca de 3.000 soldados y unos 90 tanques, además de otros vehículos militares. La operación se decidió hace dos años para dar confianza a los miembros de la OTAN del Este de Europa que tras la anexión rusa de la península de Crimea, en marzo del 2014, decían percibir a Rusia como una amenaza.
El subsecretario de Estado para Defensa de Polonia, Tomasz Szatkowski, dijo que este despliegue era necesario por los “extensos ejercicios” de Rusia cerca de sus fronteras y sus “acciones agresivas en nuestra vecindad. Me refiero a Ucrania y la anexión ilegal de Crimea”, dijo, según recogía la BBC.
Además de Polonia, Washington desplegará más de 2.800 vehículos militares, incluidos tanques Bradley y miles de armas de fuego, en otros países del Este de Europa, antiguos miembros de la URSS o ex satélites de Moscú: Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía y Bulgaria. Aunque la maquinaria militar se dejará en el terreno, los soldados harán rotaciones de nueve meses.
La Administración del presidente saliente, Barack Obama, ordenó este despliegue en el 2015, pero se lleva a cabo días antes de que comience el mandato de Trump, quien ha prometido cambiar de política respecto a Rusia. Tal vez estas intenciones expliquen que la reacción de Moscú se haya limitado a las declaraciones de Peskov, que vienen a repetir la posición rusa sobre la presencia de la OTAN cerca de sus fronteras.
La reacción de las autoridades rusas también mantiene un tono de calma respecto a otras noticias que llegan desde EE.UU., incluidas las publicadas por el portal BuzzFeed y la cadena CNN de que los servicios secretos rusos manejan información comprometedora para chantajear a Trump cuando empiece a trabajar en la Casa Blanca.
El Kremlin negó el miércoles tener dicha información. Peskov reprodujo las palabras de Trump y dijo que se trata de una “caza de brujas”, “información fabricada” para perjudicar el supuesto acercamiento entre Trump y el presidente ruso.
En su primera rueda de prensa tras su victoria en las elecciones americanas, Donald Trump dijo que quiere llevarse bien con Putin. “No sé si lograré tener una buena relación con Vladímir Putin. Espero que sí. Pero hay muchas probabilidades de que no pueda”, explicó.
Peskov subrayó ayer el deseo de Moscú de que sí haya acercamiento. Pero señaló que para eso debe haber respeto mutuo. “Los actos y acciones de Putin prueban su disposición a respetar a nuestros socios. Pero ese respeto no es posible en una sola dirección. Por lo menos el señor Trump ha mostrado su disposición al diálogo”, señaló.
También reaccionó con calma a las palabras sobre Crimea de quien puede convertirse en el próximo secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, que el miércoles dijo que la anexión de Crimea fue ilegal. Peskov dijo estar preparado para “explicar con paciencia” a la nueva Administración estadounidense la posición rusa.
Rusia está dispuesta a “explicar con paciencia” a la Administración norteamericana su posición sobre Crimea