Sergio Marchionne
CONSEJERO DELEGADO DE FIAT
Las acciones del grupo automovilístico Fiat Chrysler se desplomaron en la Bolsa de Nueva York hasta un 16% al hacerse pública la acusación de la agencia americana de protección mediambiental de un posible nuevo dieselgate.
Las acciones del coloso italo-norteamericano Fiat Chrysler Automobiles (FCA) se desplomaron ayer –hasta un 16% en la Bolsa de Nueva York– al conocerse que la Agencia del Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) acusa a la compañía automovilística de haber trucado sus vehículos con motor diésel para superar los estrictos límites en emisiones contaminantes que fija la ley. El temor a otro costoso escándalo dieselgate como el que afectó al gigante alemán Volkswagen (VW) por parecidos motivos provocó la huida de los inversores de los títulos de FCA. La empresa que dirige Sergio Marchionne reaccionó de inmediato con un comunicado en el que lamentó la acusación de la EPA, aseguró que siempre ha respetado las normativas y prometió seguir colaborando con la investigación. Marchionne insistió en rueda de prensa en que el caso FCA “no tiene nada en común con el de VW”. La estrategia de FCA se basa en explicaciones técnicas. Niega que el software del que sospecha la EPA sea un instrumento para engañar sobre las emisiones sino para cumplirlas y hacerlas compatibles con los requisitos de durabilidad, rendimiento, seguridad y eficiencia energética de los motores diésel.
La violación de las normas afectaría a unos 104.000 vehículos vendidos desde el 2014. VW aceptó anteayer pagar 4.300 millones de dólares en multas por su caso. FCA podría afrontar sanciones por valor de 4.600 millones de dólares.