Las dos orillas
Malta, presidencia de turno de la UE, urge a no esperar a que estalle otra crisis
Tras frenar la llegada de inmigrantes a través de Grecia gracias a un polémico acuerdo con Turquía, la Unión Europea se prepara para actuar en Libia, un país sumido en el caos que se ha convertido en trampolín migratorio hacia Europa.
Tras frenar la llegada de inmigrantes a través de Grecia gracias a un polémico acuerdo con Turquía, la Unión Europea se prepara para actuar en Libia. El clima de caos e inseguridad que impera en el país norteafricano lo ha convertido en el trampolín de decenas de miles de inmigrantes hacia Europa. Italia registró el año pasado la cifra récord de 181.436 llegadas por esta vía y si no se toman medidas este año podrían ser muchos más, advirtió ayer Joseph Muscat, primer ministro de Malta, país que acaba de asumir la presidencia rotatoria de la Unión.
“Cuando llegue la primavera vamos a tener otra gran crisis. Las llegadas van a alcanzar niveles sin precedentes; los gobiernos y las oenegés lo sabemos”, aseguró. “Podemos elegir entre hacer algo ahora o esperar a que haya miles de personas cruzando el Mediterráneo y reunirnos a toda prisa en abril o mayo” para buscar una solución. “Hay que ser proactivos y actuar de inmediato”; la UE debe “operar en aguas territoriales libias” y no sólo en aguas internacionales como ocurre actualmente, propuso Muscat en un encuentro con corresponsales europeos en La Valeta.
Malta, una isla mediterránea más próxima geográficamente a Túnez o Trípoli que a cualquier capital europea, conoce bien el asunto. En el 2012 empezó a registrar la llegada de migrantes en su ruta hacia la Europa continental, a menudo por error, aunque finalmente ha sido Italia quien se ha ocupado de las principales labores de búsqueda y rescate. Los lazos entre Malta y Libia –se dice que el gobernador del banco central de este país pasa más tiempo en La Valeta que en Trípoli– podrían facilitar el acuerdo de cooperación con el Gobierno de Fayez Seraj, respaldado por la ONU.
La iniciativa fue aplaudida de inmediato por Italia y cuenta con el apoyo entusiasta de Alemania, aseguró Muscat. El futuro acuerdo no puede ser una copia exacta del firmado con Turquía, “un país con instituciones fuertes, demasiado fuertes quizás pero un Estado al fin y al cabo”, mientras Libia “podría convertirse en un Estado fallido”, admitió. El objetivo es que Trípoli permita a la operación naval europea de control migratorio, conocida como Sofía, actuar dentro de las aguas territoriales libias para impedir la salida de barcos con emigrantes. “Si se lanza la misma señal política fuerte que se dio en el Mediterráneo oriental, destrozaríamos también aquí el modelo de negocio de los traficantes de personas”, aseguró Muscat.
Malta plantea que la UE asuma y refuerce desde el punto de vista financiero y logístico el acuerdo de control migratorio firmado recientemente por Italia con Libia, del que apenas han trascendido detalles, y reactive el acuerdo de cooperación suscrito en su día con el coronel Gadafi. Roma anunció el lunes la reapertura de su embajada en Trípoli, cerrada en el 2015 cuando los enfrentamientos entre facciones rivales sumieron a Libia en el caos. Italia fue el último país en retirar a su misión diplomática y ha sido el primero en reabrirla con el objetivo declarado de estabilizarlo y mejorar el control de los flujos migratorios procedentes del África subsahariana, en su mayoría inmigrantes económicos.
Malta confía en que el plan ayude a suavizar las reticencias de los países del Este a la puesta en marcha de un sistema de reparto de refugiados en la UE. Sólo cuando se recupere el control de las fronteras exteriores se podrá pedir “algún tipo de solidaridad”, explica el viceprimer ministro maltés, Louis Grech. Las negociaciones para un mecanismo permanente de cuotas de refugiados están totalmente bloqueadas, mientras el plan de emergencia para repartir 160.000 refugiados llegados a Grecia e Italia sólo ha beneficiado a 9.934.
La isla propone que la UE controle las aguas territoriales de Libia para impedir la salida de barcos con emigrantes