Socialistas a la greña
Persiste la amenaza de que los militantes del PSC, declarado neutral, no puedan votar en las primarias del PSOE.
El compromiso de neutralidad asumido por el socialismo catalán en la pugna por el liderazgo del PSOE, que La Vanguardia adelantó ayer, no ha logrado disipar la amenaza de que la militancia del PSC no pueda votar en las primarias que elegirán al nuevo líder de Ferraz.
La dirección interina del PSOE –oficialmente imparcial en este proceso, pese a que sus críticos aseguran que está al servicio de Susana Díaz– valoró este documento. Algunos de sus dirigentes, no obstante, lo interpretaron como un intento de Miquel Iceta para neutralizar la amenaza de que los más de 17.000 militantes de su partido queden excluidos de las primarias del PSOE. No obstante, aseguran que “la negociación con el PSC está abierta”, y que se mantienen por tanto “encima de la mesa” todas las opciones barajadas para revisar la relación orgánica entre ambos partidos, incluido que los socialistas catalanes no tengan voto en los órganos decisorios del PSOE o en sus primarias: “El debate orgánico no está cerrado”, subrayan.
Y no se cerrará, aseguran, hasta que la decisión que hayan de tomar “esté madura”. “Y todavía no lo está”, precisan. De momento, las delegaciones del PSOE y el PSC que están negociando la revisión de sus relaciones orgánicas volverán a reunirse el próximo 27 de enero.
En sectores críticos del PSOE sospechan que la decisión sobre si los militantes del PSC podrán votar o no en las primarias se demorará todo lo posible, porque piensan que así se mantendrá paralizado a Pedro Sánchez. El exlíder del PSOE, “Si los militantes del PSC votan, perderá Susana Díaz”, auguran los críticos con la presidenta andaluza según estas fuentes, estaría a la espera de saber si la militancia catalana podrá votar o no para decidir finalmente si presenta su candidatura para intentar recuperar el cargo o no, fiando de esta manera todas sus opciones al respaldo que podría obtener en Catalunya.
Otros críticos con la gestora de Ferraz y con Susana Díaz aseguran que esta es ahora la gran clave en la pugna por el liderazgo del PSOE. “La cuestión es si los militantes catalanes votan o no. Porque si votan, pierde Susana”. Por tanto, consideran que es la presidenta andaluza la primera interesada en que los militantes del PSC no puedan votar en las primarias. Ahora bien, también advierten de que si Díaz consigue impedir que vote el PSC, será evidente la maniobra y el “pucherazo” de las primarias, lo que deslegitimaría su hipotética elección como nueva secretaria del PSOE. “Esa es la cuestión”, zanjan. Y ese sería, por tanto, el gran debate que ahora se está sustanciando y que está disparando la pugna interna en el PSOE.
El “gesto” del PSC, poniendo negro sobre blanco su compromiso de neutralidad en las primarias del PSOE, se suma así a la resolución de la ejecutiva de Nicaragua que, el pasado 19 de diciembre, rechazó tajantemente todo apoyo o participación en el “proceso independentista”. La gestora que dirige Ferraz, no obstante, también asegura haber tenido gestos con el PSC tendentes a apaciguar las tensiones. Prueba de ello, dicen, es que no se tomaron “medidas contundentes” contra los siete diputados del PSC que rompieron la disciplina de voto en la investidura de Rajoy, más allá de las reglamentarias, o que se mantenga vacante el puesto que Meritxell Batet ocupaba en la dirección del grupo en el Congreso, en espera de que ella misma lo vuelva a ocupar.
El presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández, resistió así las fuertes presiones que fuentes socialistas aseguran que recibió, sobre todo de la federación andaluza, para que rodaran las cabezas de los diputados del PSC.