Merkel es premiada en Bélgica por su gestión de la crisis de refugiados
La canciller alemana, Angela Merkel, recibió ayer en Bruselas el premio honoris causa que le han concedido las universidades de Lovaina y Gante por su gestión de la crisis de refugiados y su convencimiento de que Alemania es capaz de hacer frente al desafío migratorio.
“Wir schaffen das” (podemos hacerlo). La famosa frase de la canciller asegurando a los alemanes que lo conseguirán y por la que probablemente perderá votos en las elecciones de septiembre fue la que quisieron alabar los rectores de ambas universidades, en un discurso conjunto. “Estas palabras han provocado uno de los mayores debates que jamás ha conocido este continente. Se trata de una reacción evidente: no nos tapamos los ojos ante el sufrimiento, sino que ayudamos al prójimo”, dijeron.
Merkel merece para ellos estar en la lista de los grandes personajes históricos que lucharon por los derechos civiles y la emancipación de los pueblos. “Las grandes figuras generalmente no llevan a cabo grandes actos. Hacen pequeñas cosas que producen grandes consecuencias. Martin Luther King tuvo un sueño. Rosa Parks se sentó en su asiento. Gandhi emprendió la marcha de la sal. Nelson Mandela cruzó la puerta y saludó a la multitud. Con el ‘wir schaffen das’, usted tiene una buena oportunidad para formar parte de estos héroes, dentro de unas décadas”, aseguraron los rectores, en un acto al que también acudieron el primer ministro belga, Charles Michel, y el ministro-presidente de Flandes, Geert Bourgeois.
Merkel llevó preparado un discurso con el que quiso animar a los alumnos a seguir creyendo en el proyecto europeo. “Europa no es sólo el Parlamento o la Comisión. Sois vosotros”, les dijo. “Europa no es sólo la política. Consiste, sobre todo, en el intercambio. En el debate, en la controversia”.
La controversia que ella misma creó con su política de puertas abiertas. Primero, entre sus propios socios bávaros de la CSU y después, entre los países del este y del centro de Europa, con el húngaro Viktor Orbán a la cabeza. Ante todos ellos terminó cediendo la canciller, para acabar impulsando el acuerdo migratorio con Turquía, contribuyendo a cerrar la ruta de los Balcanes y convertirse en la primera líder de la UE durante esta crisis en limitar la libre circulación de personas, para controlar la entrada de refugiados. La decisión creó un efecto dominó y a Alemania siguieron Austria, Francia, Dinamarca, Suecia y Noruega, hasta el día de hoy.