Hollande se va lamentando que no se bombardeara Siria en el 2013
“No basta con repetir que hay que hablar con Rusia”, dice a sus críticos
François Hollande, aún presidente hasta mayo, se va reivindicándolo todo de su deslucida acción exterior. No “reorientó” en un sentido social la Unión Europea ante la estrategia nacional-exportadora de Merkel, como había prometido, siguió la corriente de una grave y artificial crisis de relaciones con Rusia, resultado de la propia torpeza europea y del seguidismo de Washington en Europa del Este, y hundió en Siria el prestigio que le quedaba a Francia en Oriente Medio con su alianza clientelar con los países integristas del Golfo animadores históricos del yihadismo.
El presidente francés no se dejó nada por reivindicar en su discurso de 39 minutos ante los embajadores acreditados en París, en lo que seguramente habrá sido su último discurso de política internacional, antes de abandonar el Elíseo sin pena ni gloria.
Lo más llamativo, el lamento por no haber bombardeado Siria en el verano del 2013, operación que no prosperó por la abstención de un Obama abrumado por los desastres bélicos acumulados y el veto del Parlamento británico, tras una fallida operación de cambio de régimen que París pensaba que sería un paseo y que convirtió en guerra civil la protesta interna contra el régimen, con armas y fondos de Arabia Saudí, Qatar y las potencias occidentales que acabaron reforzando al yihadismo más radical.
“Continúo convencido de que se podría haber puesto fin a la guerra mucho antes, en una fecha que queda para la historia: el verano del 2013. Se demostró que el régimen había usado armas químicas”, dijo. Hollande no mencionó ese uso por parte de la oposición, y dijo que fue “el primero en décadas”, olvidando las acciones de Sadam Husein contra los kurdos sin que Occidente pestañeara, o el uso de uranio en Faluya, con efectos comparables. Por no haber bombardeado entonces, el Estado Islámico –una “creación de la actual administración”, según dijo el miércoles Donald Trump, el dato olvidado de su conferencia de prensa– prosperó, así como el flujo de refugiados. Bashar el Asad, que va a sobrevivir a Hollande, “no podrá ser la solución del problema del que es causa”, dijo.
Marginado de la pacificación siria, Hollande pareció cuestionar las conversaciones de paz auspiciadas por Rusia y Turquía que no tuvo más remedio que votar en la ONU.
Parecido olvido con Rusia. Su anexión de Crimea vulneró “por primera vez en 70 años principios (de cambios de fronteras) fundamentales de la seguridad continental”, dijo, pasando por encima la disolución de Yugoslavia y la secesión de Kosovo.
“No basta con decir que hay que hablar con Rusia”, pero las sanciones no pueden ser retiradas, continuó justificando la no entrega de barcos Mistral a Moscú.
No hubo mención a Trump, pero el que ha sido presidente más fiel de Washington desempolvó la presunta independencia de Francia en el mundo. “Somos un aliado fiable, pero autónomo” respecto a Estados Unidos, dijo. Pese a su solicitud hacia la “seguridad de Israel”, un país ocupante, Hollande ha sido despreciado por Beniamin Netanyahu por organizar el domingo en París una nueva Conferencia fantasma sobre Palestina/ Israel. “Amañada por los palestinos”, ha dicho Netanyahu.
El presidente elogia a Obama, silencia a Trump y reivindica la independencia de Francia de EE.UU.