Artistas que salen del olvido
Fueron musas, amantes y compañeras, pero eran también mujeres independientes que encontraron en el surrealismo un movimiento que les permitió dar rienda suelta a su creatividad. Aun así, el papel represor de sus familias y la prepotencia masculina propició su invisibilidad. Por eso ahora la galería Mayoral de Barcelona, a través de la historiadora del arte Victoria Combalía, propone una exposición titulada Dones surrealistes i la seva connexió amb Catalunya para reivindicar la obra de ocho mujeres artistas.
“Enseñar una selección de las creaciones que realizaron es un acto de justicia y de reconocimiento artístico”, señala Jordi Mayoral, director de la galería. “Hemos buscado a aquellas mujeres surrealistas que tuvieron una vinculación con Catalunya, ya fuese por nacimiento (Ángeles Santos Torroella, en Portbou, y Remedios Varo, en Anglès), por estancias o exposiciones que hicieron (Valentine Hugo, Maruja Mallo, Lee Miller, Dora Maar y Leonora Carrington) o por sus relaciones amorosas (Frida Kahlo vivió una apasionada aventura con Josep Bartolí, un artista catalán exiliado). Y el resultado es una exposición de ocho mujeres surrealistas, la primera que se hace en España”, asegura Victoria Combalia. Se exponen una veintena de obras muy poco conocidas, algunas inéditas y unas pocas a la venta (con precios que oscilan entre los 20.000 y los 300.000 euros de un óleo de Dora Maar).
De todas las obras, la comisaria de la muestra destaca un dibujo de Frida Kahlo, nunca expuesto, titulado Autorretrato como genital (1944) realizado en un bloc de apuntes que demuestra que “a pesar de su corsé y de su invalidez ella se veía a sí misma como un ser totalmente sexual”. De ella se exponen otros dos dibujos y dos fotos que le hizo su otro amante el fotógrafo Nicholas Muray, que Frida regaló a Bartolí. Cuando él se quedó ciego, las regaló a un amigo coleccionista porque ya no podía contemplarlas.
Maruja Mallo expuso en Barcelona en 1936 (exposición Logicofobista) y, a la vuelta del exilio, en 1967 y 1968, pero no se sabe si viajó a Catalunya. Se exponen dos obras prestadas por la galería Guillermo de Osma de Madrid.
Otras dos piezas inéditas son dos cadavres exquis de Valentine Hugo, dibujante e ilustradora, que en marzo de 1932, con André Breton, que entonces era su compañero sentimental, fue a visitar a Dalí y Gala a Cadaqués.
Lee Miller estuvo en Barcelona y Sitges en los años 60 y 70 cuando estaba casada con Roland Penrose. Mientras él redactaba sus monografías sobre Miró y Tàpies, ella hacia fotografías. Una de las que se exponen es de Joan Miró.
También se muestra una foto de Maria Dolors Miró, hija del artista, que hizo Dora Maar en 1938. De esta artista se pueden ver otras fotos de su primera estancia en Catalunya en 1933, entre ellas una muy curiosa del chalet Montseny de S’Agaró, hoy desaparecido, y otras del mercado de la Boqueria, el Somorrostro y el Park Güell de Barcelona.
Leonora Carrington, de quien sólo se expone un dibujo, estuvo en Catalunya de paso en 1940 cuando huía de los nazis. Tras ser ingresada en una clínica en Santander, se marchó a México, donde se hizo amiga de Remedios Varo. De esta artista se expone un enigmático gouache: Mujer o el espíritu de la noche. Intrigrante es también el óleo de 1929 de Ángeles Santos titulado Alma que huye de un sueño, previo a la crisis que la llevó también a ser internada. No eran tiempos fáciles, y menos para ellas.
Entre las obras hay un ‘Autorretrato como genital’ de Frida Kahlo y dos fotos que regaló a su amante Josep Bartolí