La Vanguardia

Enrique Hevia se convierte en el hombre fuerte de Freixenet

Preside la comisión ejecutiva, que coordina su sobrino, Diego Jiménez

- ROSA SALVADOR Barcelona

El consejo de administra­ción de Freixenet aprobó el lunes nombrar a Enrique Hevia presidente de su nueva comisión directiva ejecutiva, el órgano colegiado que ha asumido la dirección de la compañía desde que en diciembre las familias accionista­s decidieron relevar a Pedro Ferrer Noguer como consejero delegado.

Hevia, que es también vicepresid­ente y director financiero de Freixenet, ha sido el accionista más crítico con la gestión. Y se ve reforzado en su nuevo cargo por el nombramien­to de su sobrino, Diego Jiménez Hevia, como coordinado­r de la misma comisión. Jiménez Hevia, máster del Iese, es coordinado­r general comercial del grupo, y anteriorme­nte fue consejero delegado de Wingara, la filial australian­a del grupo, y de la filial estadounid­ense, Freixenet USA Wines. El nuevo equipo directivo ha mantenido ya reuniones de presentaci­ón con los directivos de la empresa y con los representa­ntes sindicales.

Fuentes financiera­s explicaron que la posición clave de los Hevia refuerza el compromiso de las dos ramas familiares minoritari­as en el accionaria­do, los propios Hevia y los Bonet, por impulsar un cambio en la gestión para aumentar la rentabilid­ad de Freixenet, y hacerla más atractiva para la entrada de un inversor, al menos como socio minoritari­o que compre a las familias que desean vender su participac­ión.

Freixenet decidió a mediados de diciembre cambiar la gestión del grupo y encomendar­la a una comisión directiva ejecutiva, formada por tres miembros de las tres familias propietari­as. Así, el nuevo órgano está formado por el mismo Enrique Hevia y sus primos Pedro Ferrer (que representa a la familia con una mayor participac­ión en el capital, los Ferrer, Una auditoría de Deloitte valora la firma en bastante más de los 500 millones que ofrece la alemana Henkell con el 42% de las acciones) y Eudald Bonet Ferrer (presidente de Bodegas Solar Viejo, la filial riojana del grupo). La presidenci­a de la firma sigue recayendo en José Luis Bonet, presidente también de Fira de Barcelona, mientras que José Ferrer, artífice del crecimient­o del grupo, es presidente de honor, pero ninguno de los dos tienen funciones ejecutivas.

El descontent­o con la gestión de Pedro Ferrer ha unido al final a todos los miembros de las familias Hevia y Bonet, propietari­as de un 29% de las acciones cada una, para impulsar el cambio. El nombramien­to de los Hevia para dirigir la comisión ejecutiva ha sido posible porque la familia Bonet, si bien está dividida sobre la convenienc­ia de aceptar la oferta de venta de la compañía al grupo alemán Henkell, se ha alineado ahora con ellos sobre la necesidad de cambiar la gestión. El presidente de Freixenet, José Luis Bonet, y su hermana Pilar, que apoyaron a los Ferrer contra la venta, han respaldado ahora a Hevia, como ya lo hacían sus hermanos Pedro y Eudald.

Las nuevas tareas directivas de Enrique Hevia llegan en un momento en que la oferta del grupo alemán Henkell está pendiente de que se realice una auditoría de las cuentas y los activos de la empresa. La familia Ferrer, por su parte, sigue intentado presentar una oferta para asegurarse el control de la empresa. Fuentes financiera­s señalan que han encargado una valoración a Deloitte, que estima el valor de Freixenet bastante por encima de los 500 millones que ha ofrecido Henkell, que han presentado a varios inversores para negociar que les acompañen en la operación. José Ferrer ya presentó una oferta para comprar el 51% de las acciones pero se vio obligado a retirarla en noviembre al no haber logrado financiaci­ón bancaria para asumir su coste, de unos 230 millones de euros.

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FREIXENET / ARCHIVO Los principale­s accionista­s de Freixenet, en una imagen de archivo

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