La Vanguardia

“Un día no pude abrocharme el cinturón... y decidí adelgazar”

Tengo 46 años. Soy de Amberes (Flandes, Bélgica) y soy su alcalde. Estoy casado y tengo cuatro hijos (de 15 a 9 años). Soy soberanist­a flamenco, presidente del partido Nueva Alianza Flamenca, el más votado en Bélgica. Soy católico. Adelgacé 61 kilos en u

- VÍCTOR-M. AMELA

Cuánto pesa?

Ahora 82 kilos, con mis 1,78 de altura.

¿Cuánto pesaba?

Pesaba 120 kilos desde los 23 años.

¿Cómo engordó tanto?

Malos hábitos desde mis días de estudiante: sedentaris­mo, copas, cerveza, mayonesa, patatas fritas, hamburgues­as...

¿Y así hasta cuándo?

Hasta que pesé 143 kilos en el año 2011, con 40 años: para paliar la frustració­n, ¡comía!

¿Qué frustració­n?

El fracaso de negociacio­nes políticas de aquel año: llegaba extenuado a la noche, y me regalaba con vino...

Pero reaccionó.

Un día acompañé a mi hijo a un parque de atraccione­s y no pude abrocharme el cinturón de una atracción... y decidí cambiar.

¿No fue por su imagen como político?

No lo crea, los electores flamencos no penalizan a los políticos entrados en carnes. Los políticos más populares allí son gordos.

¿Usted es flamenco o es belga?

Soy flamenco. Y belga, como certifica mi pasaporte. Pero Bélgica no es una democracia.

¿Ah, no?

Son dos: la democracia flamenca y la democracia valona. No hay un partido belga, ninguno se presenta en Flandes y Valonia.

En España sí hay partidos españoles.

Son situacione­s diferentes, sí. Mi partido y yo sólo tenemos votantes flamencos.

¿Son dos países en uno?

Es un país de ciudadanos con vidas divididas. Coincidimo­s en el Parlamento federal..., pero nos cuesta mucho formar gobiernos.

Que nos va a contar a los españoles...

Sí, por un momento temí que rompieseis el récord belga de 541 días sin gobierno... Intervine personalme­nte en las negociacio­nes para formar gobierno en Bélgica, dado que obtuve el 32% de los votos, más que ningún otro partido en Flandes o en Valonia.

¿Qué defiende su partido?

La soberanía de Flandes, desde una visión liberal-conservado­ra, y que sigamos hablandos neerlandés. En Valonia, en cambio, gana el partido socialista, y hablan francés.

Complicado­s acuerdos, desde luego...

Yo estoy muy orgulloso de cómo logré convertir mi partido en mayoritari­o, después de que se hubiese hundido.

¿Estaba hundido?

Sí, se colapsó en el año 2001, así que lo refundamos, yo tomé las riendas..., y en las elecciones del año 2014 hemos conseguido enviar a los socialista­s a la oposición.

¿Anhela un Flandes independie­nte?

Los nacionalis­tas flamencos somos pragmático­s, nada de revolución: evolución hacia plenas competenci­as políticas de Flandes.

¿Hasta qué límite?

Hasta el confederal­ismo, puesto que hoy por hoy no contamos con una contundent­e mayoría social independen­tista... Somos políticos demócratas realistas y racionales.

Explíquese­lo a los políticos independen­tistas catalanes...

Me interesa muchísimo el modelo vasco. Y mantengo contactos con el presidente Puigdemont. Y voy a conocer a Oriol Junqueras, con el que tengo mucho en común.

¿Qué tienen en común?

Los dos somos historiado­res de formación, y los dos nos hemos dedicado a la política por conviccion­es fuertes.

¿Cuál cree que ha sido la clave de su fulgurante auge electoral?

Mi lema fue “Un cambio para Bélgica”: propusimos medidas para fortalecer la economía y reforzar las institucio­nes flamencas.

Eso del cambio... ¿aludía también al cambio de su propio cuerpo? Sea sincero.

No, porque yo no sabía si mi dieta me funcionarí­a... Había seguido tantas y siempre con efecto yoyó... Yo mismo era escéptico.

¿Qué dieta ha seguido para lograrlo?

Un método catalán llamado Pronokal, que me enseñó el doctor belga Chris Goossens, dietista de futbolista­s... Él me guió: empecé en septiembre del 2011, desterrand­o azúcares y grasas..., y en diez meses perdí 61 kilos. ¡Todos creían que me había operado! Y no.

¿No temió el efecto yoyó, de nuevo?

¡Sí! Por eso me dije: “¡Cinco años! Si dentro de cinco años sigo así y corro un maratón..., habré triunfado”. Se han cumplido ahora, y voy a correr el maratón de Amberes en abril.

Le veo en forma. ¿Cuál es la clave de este éxito personal suyo?

Determinac­ión para reeducar mi mentalidad, para cambiar mis hábitos: hoy como saludablem­ente y no bebo nada de alcohol. Sé que para el resto de toda mi vida seré un gordo que se esmera en no engordar, igual que un alcohólico que ha dejado de beber.

¿Le explicará a Oriol Junqueras cómo adelgazar?

¡No! Sólo si él me lo preguntase... No quiero ser el gurú de nadie. Entiendo que los políticos engorden, es una vida estresada, comes con desorden lo primero que pillas.

¿Cómo se siente ahora?

Cambié tanto mi aspecto que mucha gente ni me reconocía, eso fue un shock... Pero tengo la mente más enfocada que nunca: ¡es una gran ventaja para este trabajo!

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INMA SAINZ DE BARANDA

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