China advierte a EE.UU. del peligro de choque militar
Las amenazas por el acceso a las islas del mar del Sur indignan a Pekín El presidente electo entierra la diplomacia con el gigante asiático La nueva administración ya prepara un contacto con Putin
A China no le gusta el futuro secretario de Estado elegido por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y así lo ha hecho saber. La prensa oficial del gigante asiático respondió ayer con dureza a las declaraciones que Rex Tillerson hizo el miércoles ante el Senado sobre China y advirtió del peligro de una confrontación armada entre las dos potencias en caso de que se llegaran a aplicar sus ideas. Una posición mucho más dura que la oficial mostrada la víspera por el Ministerio de Exteriores, que admitió desacuerdos pero mostró su confianza en que las diferencias no afecten a la cooperación entre Washington y Pekín.
Las autoridades comunistas utilizaron ayer a su prensa oficial para mostrar el alto grado de irritación que han provocado las declaraciones de Tillerson de impedir que China acceda a las islas artificiales que ha construido y armado en el mar de China Meridional. El diario nacionalista Glo-
bal Times, ligado al Partido Comunista, afirmó en su editorial que la única forma de aplicar este bloqueo sería a través de una guerra. El China Daily, por su parte, tras calificar de “poco realistas” los comentarios de Tillerson, subrayó que podrían desembocar en una “confrontación devastadora” entre las dos potencias.
La contundencia con que han respondido los medios de comunicación oficiales chinos era de esperar, tras las comedidas palabras de la víspera del portavoz de Exteriores, Lu Kang. Es la fórmula habitual utilizada por Pekín para expresar sus opiniones más duras sobre asuntos diplomáticos. El jueves Lu se limitó a señalar que China tenía derecho a realizar “actividades normales” en su propio territorio en el mar de China Meridional, pero era notorio que los comentarios de Tillerson habían causado una gran irritación y que Pekín no se callaría.
Y es que el hombre designado por Trump para dirigir su política exterior había hecho el miércoles unas duras declaraciones contra China. En su intervención ante el Senado comparó la construcción china de las islas artificiales en el mar de China Meridional con la anexión rusa de Crimea. Y aseguró que cuando Trump haya asumido la presidencia “vamos a enviar una señal clara a China para darle a entender que las construcciones en las islas deben cesar y que su acceso a estas islas no será permitido”, dijo Tillerson.
Estas declaraciones han agravado las discrepancias entre Washington y Pekín en torno al archipiélago de las Spratly, cuya soberanía disputan China, Vietnam, Filipinas, Brunei, Malasia y Taiwán. Hasta ahora, Obama se había limitado a reivindicar la libertad de navegación y a enviar a sus buques a surcar por estas conflictivas aguas, pero nunca se atrevió a amenazar a China con bloquear el acceso.
El Global Times calificó de
El diario ‘Global Times’ incluso alude a la potencia nuclear de China ante las amenazas de EE.UU.
“sorprendentes” estas declaraciones y advirtió que “a menos que Washington tenga previsto emprender una guerra a gran escala en el mar de China Meridional, cualquier otro método para evitar el acceso chino a estas islas será estúpido”. Recordó, en este sentido, que China es una potencia nuclear y señaló que “Tillerson haría bien en ponerse al día en estrategias nucleares si quiere que una potencia nuclear se retire de sus propios territorios”.
China Daily también descalificó las afirmaciones de Tillerson. Señaló que eran “una mezcla de ingenuidad, miopía, prejuicios y fantasías políticas poco realistas” y planteó: “¿Cómo puede EE.UU. negar el acceso de China a sus propios territorios sin incitar a respuestas defensivas legítimas?”. No obstante, a pesar de estas defensas encendidas de los intereses nacionales, ambos diarios, y por tanto Pekín, se preguntaban hasta qué punto estas opiniones en contra de China se traducirán en hechos en la nueva política exterior de EE.UU.