La inflación registra su mayor subida desde el 2013 por el alza del combustible
El repunte del IPC (1,6%) acentúa la caída del poder adquisitivo y los sindicatos piden sueldos más altos
Aún no se ha extinguido del todo el debate sobre los riesgos de la inflación negativa y ya estamos en el extremo opuesto: el IPC cerró el 2016 con un incremento interanual del 1,6% (del 1,9% en Catalunya), lo que conlleva una merma del poder adquisitivo de los españoles. La subida, que se atribuye al alza de los precios de los combustibles, ha motivado que los sindicatos exijan un incremento salarial de al menos el 1,8%. El Ministerio de Economía niega que se pierda capacidad de compra.
Si durante meses la evolución de los precios dio pie al debate sobre los peligros de una inflación negativa persistente, el regreso con fuerza a territorio positivo pone sobre la mesa la confrontación por el impacto negativo en el bolsillo de los consumidores. El Instituto Nacional de Estadística certificó ayer que el IPC cerró el 2016 con un incremento interanual del 1,6%, el más alto desde julio del 2013. Esta significativa subida –una décima por encima de la cifra avanzada hace unos días por el INE– se debe, sobre todo, a la diferencia de precio de los combustibles con respecto a diciembre del 2015. En Catalunya, la inflación de diciembre fue del 1,9%.
Después de los carburantes (subieron un 6%), las mayores contribuciones a este repunte llegaron de la vivienda –en particular, por la electricidad– y del aumento del precio de los viajes organizados. En diciembre, la inflación subyacente alcanzó el 1% interanual –dos décimas más que un mes antes– y, por primera vez, desde junio del 2014 se situó por debajo del IPC. Mientras, los precios aumentaron un 0,6%, en comparación con el mes anterior, y la tasa armonizada llegó al 1,4%, tres décimas más que la media de la zona euro.
Además, los analistas de Funcas señalan que el alza superior a lo previsto de la inflación de diciembre y “la subida del precio del crudo de las últimas semanas” les obliga a elevar su previsión media para este 2017: partiendo de la hipótesis de que el petróleo mantenga su nivel actual, la tasa se elevaría hasta el 2,2%. Además, advierten de que rozará el 3% “en algunos meses”. A finales del año, la tasa interanual sería del 1,3%. Si el crudo llega a los 60 dólares, alcanzaría el 1,9%.
Precisamente, el Gobierno se acoge a la tasa media de la inflación en el 2016, situada en el -0,2%, para rechazar cualquier crítica sobre el menoscabo en el bolsillo de los ciudadanos. “La realidad” es que –defendió ayer la secretaria de Estado de Economía y Competitividad, Irene Garrido–, aunque en “los tres o cuatro últimos meses sí ha subido el IPC”, en los primeros ocho meses del 2016 no bajó la capacidad de compra.
La subida de la inflación hasta el 1,6%, casi un punto más que la tasa anual del pasado noviembre, ha avivado las quejas de sindicatos sobre la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores –que han visto que en el 2016 los salarios sujetos a convenio apenas aumentaron un 1%– y de los pensionistas –cuya prestación se revalorizó un 0,25% el año pasado y repite incremento para este 2017–. El aumento de los precios también ha sido recibida con preocupación por los autónomos. “Los precios han subido muy deprisa, suponiendo un incremento de los costes muy acelerado para muchos autónomos que será superior al incremento de la facturación. Este IPC es un castigo”, aseguró Lorenzo Amor, presidente de ATA.
Para CC.OO. y UGT, el IPC de diciembre “reafirma” la necesidad de aumentar los salarios en una horquilla de entre el 1,8% y el 3%. En el 2016, los salarios perdieron medio punto de capacidad de compra, reclaman. “Con estos datos, y con la previsión de inflación para el 2017 de entre el 1,1% y el 1,7%, plantear aumentos salariales desde el 0% hasta el 1,5% como hacen CEOE y Cepyme, resulta indignante. Además, recuerdan que, con esta inflación, los pensionistas perderán como mínimo el 1,3% de poder de compra porque el Gobierno les ha subido “un raquítico 0,25%”.
A la sombra de un proceso encallado de negociación de la subida salarial para este 2017, la CEOE se sumó aquellos que rechazan pérdidas en la capacidad de compra, al tiempo que mostró su preocupación por un “deterioro en la competitividad”. Esta semana la patronal propuso que los sueldos subieran hasta el 2%, sin niveles mínimos.
Asimismo, la ministra de Empleo, Fátima Báñez, aprovechó un balance del mercado laboral para defender subidas “moderadas” de sueldos. “Es importante”, insistió, que los salarios sigan “un modelo sano de crecimiento”, con el que los trabajadores obtengan ganancias moderadas de poder adquisitivo, las empresas impulsen su competitividad, y se siga creando empleo.
EL GOBIERNO Economía niega una bajada de la capacidad de compra y Báñez pide salarios “moderados”
¿CUÁNTO SUBIRÁN LOS SUELDOS? Los sindicatos reclaman alzas de al menos el 1,8%; la CEOE teme por la competitividad