Apoyo sin fisuras del PS a Hollande por las ejecuciones de yihadistas
Todos los participantes en las primarias socialistas dicen suscribir la práctica ilegal
El presidente francés admitió ordenar cuatro asesinatos de miembros del EI en el 2016, pero podrían ser más
En el torpe libro de confidencias publicado en octubre que acabó definitivamente con sus posibilidades de presentarse a una reelección, el presidente francés, François Hollande, reconoció, entre otras cosas, haber ordenado asesinatos extrajudiciales de presuntos terroristas. El jueves, en el primer debate televisado de los siete personajes que compiten en las primarias organizadas por el Partido Socialista para ser candidatos a la presidencia de Francia, todos y cada uno de ellos se pronunciaron a favor de esta práctica.
Hollande confesó en octubre haber autorizado por lo menos cuatro asesinatos “de gente sospechosa de haber sido responsable de secuestros o de actos contra nuestros intereses”, dijo. En un libro publicado después (Errores
fatales), el periodista Vincent Nouzille estima que el número de estos asesinatos cometidos entre el 2013 y el 2016 asciende a una cuarentena.
“Eso representa una operación por mes, lo que no tiene precedentes desde la época de la guerra de Argelia”, explicó Nouzille en un artículo publicado por Le Monde. No hay información sobre el número de víctimas ajenas a los yihadistas objeto de los ataques que murieron en esas operaciones.
En el último año y medio, 236 personas han muerto en Francia en atentados yihadistas.
Los asesinatos extrajudiciales de presuntos terroristas, centenares quizá miles bajo la administración de Barack Obama, tienen una gran tradición en Estados Unidos. La propia terminología utilizada por los militares franceses es por ello anglosajona: “HVI”, por “objetivos de alto valor”, “neutralizar”, “víctimas colaterales”, etcétera, según revelan los documentos militares secretos franceses sobre esta práctica, que Hollande autorizó ver a los periodistas.
Por ellos se sabe que estas “operaciones homo” (de homicidio), basadas en la razón de Estado, que no respetan la presunción de inocencia ni cualquier concepción del Estado de derecho, las ejecuta el servicio Alpha, brazo armado de la dirección general de la Seguridad Exterior (DGSE), cuyo cuartel general está en Perpiñán.
En el debate de anteanoche entre aspirantes a candidatos organizado por el Partido Socialista, los siete, entre ellos cuatro exministros socialistas, no tuvieron ningún problema en suscribir la práctica. Los únicos escrúpulos expresados se dedicaron al hecho de que el presidente hubiera hecho pública una práctica secreta.
“Lo que debe hacerse, tiene que hacerse, y lo que debe mantenerse en secreto debe ser secreto”, respondió Manuel Valls, ex primer ministro que defiende la totalidad de la gestión de Hollande. Arnaud Montebourg, el exministro que se presenta como su crítico, dijo lo mismo: esas operaciones se justifican “en el interés superior del Estado”. El aspirante se mostró únicamente “sorprendido” por “la violación del secreto de defensa” cometida por Hollande.
“No creo que sean los chismorreos sobre los secretos del Estado lo que dé dimensión a un hombre de Estado”, dijo el también exministro Vincent Peillon, representante de la línea hollandista más ortodoxa y que según los colaboradores de Valls solo participa en las primarias para “molestar” al ex primer ministro. “Es indecente hacer de esto un tema periodístico”, dijo.
“En este asunto la sobriedad debe ser norma”, dijo Benoît Hamon, el aspirante situado más a la izquierda. “Sobriedad para emprender todo lo que sirva para proteger a nuestros conciudadanos”, dijo.
François de Rugy, el aspirante del partido ecologista, aún fue más radical en su posición general al proponer “una alianza militar de Francia con Alemania y Polonia contra Rusia”.