El chavismo despliega una nueva ola intimidatoria contra la oposición
La olla a presión venezolana hierve por enésima vez. Se repite el guión: el chavismo provoca a la oposición después de que esta tomara una medida contra el Gobierno, la “destitución” parlamentaria del presidente Nicolás Maduro. Un brindis al sol que reabre la persecución: en el punto de mira está ahora Lilian Tintori, la emblemática esposa del encarcelado Leopoldo López.
Tintori fue vinculada el jueves por el Gobierno con un supuesto intento de golpe de Estado. El ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, difundió grabaciones telefónicas inconexas entre Tintori y el diputado Gilber Caro para concluir que está en marcha “un plan terrorista desestabilizador”. Tintori denunció que vehículos del servicio de inteligencia rodearon su casa. Caro, miembro de Voluntad Popular (VP), el partido de López, está detenido e incomunicado desde el miércoles, acusado de tenencia de armas y explosivos.
La nueva teoría conspirativa fue apoyada por el diputado Diosdado Cabello –número dos del chavismo–, que acusó a VP de intento de golpe y querer provocar una “masacre” en las manifestaciones convocadas para la semana que viene. Cabello también apuntó al escolta de Tintori, Walter Méndez, que junto a Caro lideraría “una estructura de choque integrada por células paramilitares colombianas”.
El objetivo del supuesto golpe sería liberar a López, condenado a casi 14 años de cárcel por incitar a las protestas del 2014 donde murieron 43 personas. Tintori no sólo negó esa conspiración, sino que ayer denunció a Cabello y Reverol ante la fiscalía por acusaciones falsas.
La detención de Caro se suma a la de otros miembros de VP, en las últimas horas. El Gobierno decidió el reingreso en prisión del general Raúl Baduel –exaliado de Chávez y condenado por corrupción– que estaba en libertad condicional. Y paralelamente, el chavismo avanza en la inhabilitación del excandidato presidencial Henrique Capriles.
La nueva ola intimidatoria hacia la oposición se enmarca en las acciones del Comando Nacional Antigolpe creado por Maduro tras nombrar la semana pasada a Tareck El Aissami vicepresidente del país. El Aissami dirige este comando y sería el sustituto de Maduro si dimitiera o fuera destituido en el referéndum revocatorio que la oposición ya no tiene interés en promover, pues después del 10 de enero el chavismo no tiene obligación de convocar elecciones si perdiera el plebiscito.
A pesar de todo, ayer estaba prevista una nueva reunión de los mediadores del Vaticano con Gobierno y oposición, aunque al cierre de esta edición no se confirmó si se había celebrado. No obstante, el presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Diego Padrón, reconoció ayer que hay “una ola de represión contra los disidentes”.