Volver a empezar
El Rey retoma hoy el viaje oficial a Arabia Saudí suspendido en dos ocasiones
El Rey retoma hoy su visita a Arabia Saudí, cuyo último intento, hace dos meses, quedó abortado antes del inicio debido a la muerte del príncipe Turki bin Abdulaziz al Saud, hermano del rey Salman, quien impuso un luto de tres días en la corte saudí. La delegación española se quedó en tierra, en Madrid, con el avión ya cargado de combustible y equipaje y el compromiso de cumplir con la visita en cuanto fueraposible. Estefindesemana, operativo en un país regido por la ley coránica que marca los viernes como día festivo, Felipe VI tiene por delante el objetivo de abrir una nueva etapa en las relaciones bilaterales marcadas durante años por la estrecha amistad entre el rey Juan Carlos y los sucesivos monarcas saudíes.
No es un viaje fácil, ya que el régimen saudí, basado en el poder absoluto del rey y la ausencia de instituciones democráticas, goza, sin embargo, del privilegio de no ser cuestionado, al menos oficialmente, merced a su posición geoestratégica y a su papel como proveedor de petróleo. A Felipe VI le toca conservar la relación de país hermano, presentarse ante los saudíes como una persona de confianza y avalar con su presencia la solvencia de las empresas españolas que tienen intereses en Arabia Saudí. El viaje del Rey es una decisión del Gobierno que marca los ejes de la política exterior y que, en este caso, ha tenido que ceder, de alguna manera, a las críticas de parte de la oposición, especialmente Podemos e IU. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, en su comparecencia ante la comisión de Exteriores del Congreso, reconoció el pasado miércoles que la situación en Arabia Saudí no es satisfactoria en materia de derechos humanos y adelantó que en el viaje se hará alguna referencia, ante las autoridades saudíes, a la necesidad de abrir el espacio de libertades públicas. No queda claro cuál será la ocasión propicia y si, como en anteriores ocasiones, en otros viajes protagonizados por el rey Juan Carlos, el asunto se diluye entre la bruma de las conversaciones privadas.
El Rey viaja acompañado del titular de Exteriores y también del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que tiene como misión avalar el cumplimiento del contrato del AVE del desierto cuyo plazo de entrega se amplió quince meses para estar en funcionamiento en la primavera del 2018. Bajo el paraguas de la presencia del Rey también está previsto avanzar en la firma del contrato de la empresa pública Navantia para la construcción de cinco corbetas que garantizarían 3.000 puestos de trabajo durante cinco años en astilleros españoles. Este negocio ha sido cuestionado por varias ONG que exigen al Gobierno que se adopten medidas para garantizar que España cumple con las leyes internacionales y españolas que prohíben la venta de armas si éstas pueden usarse para cometer crímenes de guerra. Junto al Rey viaja una delegación empresarial, encabezada por el vicepresidente de la CEOE, Joaquim Gay de Montellà, que participará en un encuentro con el que se pretende ampliar las posibilidades de inversión y negocio de las empresas españolas en Arabia Saudí.
En su tercer intento, Felipe VI viaja a Riad para abrir una nueva etapa en las relaciones bilaterales