“Un año sabático: trabajé para viajar”
Dejó su casa confortable y su trabajo estable en un gimnasio en mayo del 2015 para motivarse con un nuevo reto: cruzar el globo terráqueo rumbo las antípodas con un equipaje ligero compuesto de inglés básico y su sola compañía. “Acerté al elegir Sydney frente a otras opciones que me tentaban como Merlbourne, porque a pesar de que es la más cara, resultó ser lo más parecido a Barcelona, con un clima suave de cuatro estaciones”. Como estudiante de inglés podía trabajar hasta un tope de 20 horas. Trabajó en el mismo hostal en el que se hospedó para pagarse su primera manutención y organizarse. “A medida que ganas en inglés cambias a trabajos mejor remunerados y te pagan más de 25 dólares por hora (1 euro equivale a 0,70 dólares). “En 15 meses tuve 13 trabajos distintos, limpié, repartí flyers, fui a la obra, serví en bares y, cuando mejoró mi fluidez, pude trabajar de entrenador personal a domicilio”, señala David Vázquez (Badalona, 1988). Gracias a las marcas “España” y “Barça”, logró un trabajo como preparador en una escuela de fútbol. Viajó por la coste Este, visitando paisajes como el que muestra la foto, encontrando acompañantes españoles a través de foros de internet. En los 16 meses de estancia, mejoró ese inglés balbuceante del inicio (“mi profesora decía que entre el nivel del escrito y el hablado había una distancia de tres cursos”). Podía haber prolongado su residencia con un nuevo curso, trampeando con trabajos, algunos, incluso, relacionados con su actividad profesional. “La calidad de vida atrae hasta el punto de plantearte la posibilidad de un futuro posible. Me pregunté si quería quedarme en Sydney, montándolo mejor, o regresar con mis amigos y mi familia”. David entrena ahora a extranjeros en Barcelona que aprecian su fluidez australiana.