Riesgos de guarnición
Hay programas que parecen creados para asumir su condición de guarnición y no de plato principal. Arrastran una carga mediana de riesgo y basan su poder de supervivencia en unas expectativas escasas. Sin embargo, se acaban sometiendo a los azares inexorables del destino y fracasan y triunfan en función de factores insondables. Tot o res, concurso estrenado en TV3 para ocupar el exitoso vacío de
El gran dictat, se identifica por estos ingredientes de falta de ambición y de medios de época de crisis. Una de las consecuencias del crecimiento parcialmente ministerial de TV3 es la necesidad de recortar brutalmente su estructura y renunciar a cierta ambición no sólo presupuestaria sino también conceptual. Y Tot o res, que podría haberse llamado Bastant i no
gaire, tendrá que hacerse un hueco gracias al nivel de fidelización del espectador de TV3, superior al de otras cadenas, y al hábito creado por El gran dictat. La comparación entre formatos y presentadores es especialmente odiosa. Ni la forma ni el contenido de Tot o res tienen la densidad y el rigor visual de El
gran dictat y Ares Teixidó, su presentadora, tiene el instinto de mantenerse en una zona de simpatía y prudencia alejada del repertorio de matices a los que nos acostumbró Òscar Dalmau. La denominación de concurso de cultura general es, en realidad, de cultura de actualidad y, puestos a ser constructivos, yo iluminaría más el plató para evitar una apariencia tenebrosa.
RECICLARSE Y MORIR. Siguiendo con los tiempos de reciclaje y austeridad, La Sexta ha estrenado Tú sí que sí , un talent show que imita formatos parecidos pero con más medios. El elemento diferencial es Cristina Pedroche, que, pese a la aureola de éxito que la acompaña (más potencial que evidente), no puede asumir todo el peso de la propuesta. Resultado: acaba siendo uno de esos programas por los que pasas al hacer zapping, otra oportunidad perdida o, si las expectativas se mantienen envasadas al vacío, que sólo aspiran a sobrevivir.
EL DISPARATE. Tú, yo y mí avatar (Cuatro) es una propuesta autodestructiva. Figura que se trata de un programa de citas con personas interpuestas, pero el invento es demasiado sofisticado para que el común de los mortales podamos entenderlo y bastan unos minutos de metraje para intuir que no tiene sentido y que sólo si el ingrediente delirante tuviera vida propia podría funcionar. Por desgracia, da la impresión de que la conciencia de la posibilidad de fracasar es, en este caso, superior a la media.
CALIDAD CONVENCIONAL. Buen estreno en Antena 3: Pulsaciones. Thriller con muchos lugares comunes del género, pero tratados con un nivel de producción solvente y con vigor argumental. El efectismo de la idea inicial, que recupera el mito del trasplante que modifica la personalidad del trasplantado, se mezcla con elementos de una investigación que juega a ser un híbrido de serie de médicos, de periodistas y de policías. Los amantes de una autoría explícita no encontrarán grandes innovaciones, pero sí una profesionalidad convencional parecida a la de otras series anteriores de la misma cadena.
‘Tú sí que sí’ acaba siendo uno de esos programas por los que pasas cuando haces zapping