La juez coloca a Benjumea a un paso del banquillo por el caso Abengoa
El expresidente y exconsejero delegado, procesados por administración desleal
JOSÉ MARÍA BRUNET
Madrid
El caso Abengoa dio ayer un paso decisivo hacia el juicio oral. La juez de la Audiencia Nacional encargada del asunto, Carmen Lamela, dio por concluida la investigación y dictó el auto que transforma las diligencias instruidas en un procedimiento abreviado, en el que procesa al expresidente de la sociedad, Felipe Benjumea; su ex consejero delegado Manuel Sánchez Ortega, y otros tres antiguos consejeros del delito de administración desleal. La acusación se efectúa en relación con la millonaria indemnización recibida por los dos primeros mencionados en vísperas de que Abengoa presentara preconcurso de acreedores.
Benjumea y Sánchez Ortega recibieron al dejar la empresa 11,4 y 4,5 millones de euros, respectivamente, aunque ninguno de ellos –afirma la magistrada–, llegó a desvincularse totalmente de la compañía. En el auto, que supone el fin de la instrucción y el primer paso para sentar en el banquillo a los investigados, Lamela incluye también a la expresidenta de la comisión de Nombramientos y Retribuciones Mercedes Gracia y a la actual vicepresidenta de la compañía Alicia Velarde, así como al exconsejero y expresidente de Abengoa, Antonio Fornieles. Todos ellos asistieron a la reunión de dicha comisión que acordó el pago de las indemnizaciones millonarias.
En septiembre del 2015, cuando se formalizó la aparente salida de la entidad por parte de Benjumea y Sánchez Ortega, se les concedieron las citadas indemnizaciones por cese anticipado de 11,4 y 4,5 millones de euros, unas cantidades que la magistrada considera que “no parecen acordes con los resultados empresariales de la sociedad” en aquel momento. Y sólo dos meses después, el 25 de noviembre del 2015, Abengoa presentaba en los juzgados mercantiles una solicitud de preconcurso de acreedores.
Por aquellas decisiones sobre las indemnizaciones, la juez acusa a todos los que estuvieron presentes en la reunión de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones en la que se acordaron los pagos. Éstos –sostiene la juez– no estaban contemplados “en contratos anteriores y tampoco era preceptivo que se incluyeran en los nuevos contratos mercantiles” acordados. La magistrada cuestiona, por otra parte, las razones personales y de salud que esgrimió Sánchez Ortega para dejar Abengoa, teniendo en cuenta que tres meses más tarde, en julio del 2015, pasó “sin solución de continuidad” a prestar sus servicios en Blackrock, empresa de gestión de inversiones estadounidense, cuya sede se encuentra en Nueva York. La juez dice que este nuevo cometido “suponía un esfuerzo añadido que no parece acorde con su intención de emplear menos energías en su actividad profesional”.
En cuanto a Benjumea, el auto recuerda que fue nombrado consejero dominical y presidente no ejecutivo en la misma reunión en la que fue cesado. Por estos cargos recibiría una retribución bruta anual de 1.086.000 euros y mantendría su cotización a la Seguridad Social. Este tipo de vínculos –dice Lamela– suponen que la relación contractual “no se había extinguido”, por lo que no cabe aceptar que recibieran indemnizaciones.
Benjumea y Sánchez Ortega recibieron 11,4 millones por dejar la empresa en vísperas de presentar concurso