Francia reúne a 75 países favorables a un Estado palestino junto a Israel
París advierte a Trump del error de trasladar la embajada de Tel Aviv a Jerusalén
Ayrault opina que una embajada de EE.UU. en Jerusalén “será una provocación con graves consecuencias”
Francia advirtió ayer que el propósito de Donald Trump de transferir la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén será una “provocación llena de graves consecuencias”.
Así lo declaró el ministro de Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, en el marco de una conferencia internacional organizada en París y dedicada a reafirmar la solución de dos estados –uno israelí, ya existente, y otro palestino que las potencias occidentales se resisten a reconocer– en el histórico conflicto por la ilegal ocupación israelí de Palestina. Y eso, a cinco días de la investidura de Trump, que se anuncia como el presidente estadounidense más proisraelí de la historia y ha prometido realizar esa mudanza de su embajada para demostrarlo.
Con asistencia de 75 países y organizaciones, el plan inicial de la conferencia era una gran reunión internacional de estímulo a la negociación a cuyo término el presidente francés, François Hollande, se habría reunido con Beniamin Netanyahu y Mahmud Abas para trasladarles las conclusiones y propiciar negociaciones entre ellos. Abas aceptó ir a París, pero Netanyahu declinó tras haber dicho que sí, explicó Ayrault. La negativa israelí –que incluyó una comparación de la conferencia de París con el proceso Dreyfus por parte del extremista ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman– cayó mal incluso en medios del consejo representativo de las instituciones judías en Francia (CRIF), organización que es la correa de transmisión de la política de Israel en Francia. Como consecuencia, Hollande tuvo que llamar el jueves a Abas para que no fuera a París y evitar la impresión de desequilibrio.
El desequilibrio, sin embargo, está históricamente más que bien instalado, al ser Israel el único país al que Estados Unidos y la Unión Europea han permitido ignorar reiteradamente las resoluciones de la ONU durante medio siglo sin recurrir a sanciones.
Mientras tanto, la colonización israelí de tierras palestinas progresa a toda velocidad. Desde 1993 se ha más que doblado el número de colonos israelíes en Cisjordania y Jerusalén Este, que ya asciende a 600.000, e Israel ha anunciado que quiere construir 55.000 nuevas viviendas en esas zonas. En ese contexto, el anuncio de Trump es una nueva recompensa a la ilegalidad.
La Unión Europea nunca se ha planteado denunciar sus propios premios a Israel, como el estatuto de socio comercial privilegiado, lo que tendría una enorme fuerza económica de presión sobre ese Estado y su practica colonial.
En ese marco de histórica debilidad, Francia anunció en el 2016 que podría reconocer a Palestina como Estado, tal como han hecho otros 137 países. Doce exembajadores franceses pidieron la semana pasada ese paso en una carta colectiva, pero Hollande, el más proisraelí de los presidentes franceses y el que más ha cultivado a los regímenes de Arabia Saudí y Qatar, ha declinado el gesto.
En este estadio, la conferencia de París estaba condenada a lo simbólico, recordando lo mismo que la última resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la que Estados Unidos se abstuvo en lugar de ejercitar su veto como es habitual: decir que “la base de la paz son las fronteras de 1967 y el respeto a las grandes resoluciones de la ONU”, explicó Ayrault.
“A cinco días de la investidura de Trump no ha estado mal que setenta países hayan recordado la solución de los dos estados en un momento en el que Estados Unidos podría dar pasos discutibles que agravarán las cosas”, dice una fuente diplomática francesa en lo que parece el consuelo de la impotencia.