El taxi amenaza al Mobile en su lucha contra el intrusismo
Los profesionales advierten al Ayuntamiento que redoblarán sus protestas si no endurece su lucha contra el intrusismo profesional
La operación Caracol no fue más que una demostración de fuerza, una advertencia de los taxistas al Ayuntamiento, un mensaje muy claro de un sector airado... Miles de profesionales colapsaron ayer las rondas de circunvalación de Barcelona, complicaron durante buena parte de la jornada la circulación en Barcelona y su área metropolitana. Los manifestantes condujeron tranquilamente durante horas, uno tras a otro, para creciente desesperación de muchos ciudadanos, a poco más de 10 km/h. Y a medida que los avanzaban, guardias urbanos muy agobiados no tenían más remedio que cortar los accesos, las dificultades se extendían por la urbe, motoristas muy espabilados trataban de escapar del caos, los exabruptos y los bocinazos se generalizaban, se oyeron gritos de histeria...
En estos tiempos, argumentaron los taxistas, abundan las aplicaciones que te prometen un coche en la puerta de casa, los particulares que ofrecen sus vehículos en la estación de Sants, los piratas que pululan por el Port Olímpic... Y si el gobierno de la alcaldesa Ada Colau no se implica de veras, al menos tanto como prometió, en la lucha contra el intrusismo laboral, si no prepara a sus policías municipales para la nueva realidad, si no pone orden en los carriles bus-taxi, los chóferes de los coches amarillos y negros están dispuestos a desencadenar el caos durante la celebración, que está a la vuelta de la esquina, de la próxima edición del Mobile World Congress. A los responsables de la feria comercial que más dinero deja en Barcelona no les hace ninguna gracia encontrarse una ciudad que no funciona a pleno rendimiento. Lo dejaron bien claro cuando se tropezaron con las huelgas del metro.
“Y después del Mobile ya veremos...”, agregó desde Élite Taxi Alberto Álvarez, uno de los portavoces del gremio. La cita tuvo lugar a las once de la mañana, en el aeropuerto. Las primeras vías en complicarse fueron la B-10, B-20, B-22, C-31, C-32... Y luego las matrículas impares se metieron en la ronda del Litoral y las pares, en la de Dalt. Los convocantes tenían previsto que la marcha acabara en un par de horas, pero por la tarde algunos padres se vieron atrapados camino del colegio de sus hijos. Las retenciones superaron los 30 km. “Es un aviso. Si la intención hubiera sido fastidiar habríamos arrancado a las siete de la mañana. Íbamos a celebrar una huelga general el 1 de agosto y no la hicimos porque Ayuntamiento y Generalitat nos prometieron redoblar sus esfuerzos contra la competencia desleal. La Generalitat se está esforzando, pero el Ayuntamiento...”. Fuentes municipales y del Institut Metropolità del Taxi (Imet) aseguraron que están en ello, que en el 2015 las inspecciones de la Guardia Urbana arrojaron un total de 167 expedientes abiertos, y el año pasado llegaron a 174. Además, agregaron, la policía municipal tramitó 290 denuncias por detenerse en el carril bus-taxi, 1.697 por estacionar allí y 4.138 por circular sin autorización.