El FMI y Trump
EL Fondo Monetario Internacional ha elogiado el plan de estímulos fiscales –inversión pública y rebajas de impuestos– que piensa impulsar el nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, bajo su mandato, que comienza esta misma semana. Pese a que ese programa todavía no ha sido concretado, los economistas del FMI ya anticipan que tendrá un positivo impacto en el crecimiento económico de Estados Unidos, que podría ser del 2,3% este año y del 2,5% el próximo, varias décimas por encima de las anteriores previsiones.
Sin embargo, también destaca el riesgo de guerras comerciales como consecuencia de la temida política proteccionista que promete impulsar Trump. Tanto es así que el FMI admite que sus previsiones de repunte del crecimiento económico mundial, confirmadas ayer, dependen de que no se cumplan las amenazas comerciales del nuevo presidente ya que podrían provocar fuertes perturbaciones económicas.
El FMI confía en que finalmente se impondrá el sentido común y que Trump no cumplirá sus amenazas. En cualquier caso, esta institución ha advertido al nuevo presidente de Estados Unidos del enorme peligro para la economía mundial que supondría llevar a cabo la aplicación de aranceles elevados a las importaciones de México y de China que, a su vez, pueden provocar la adopción de represalias por parte de estos dos países, que serían especialmente importantes en el caso del segundo. En la misma línea, el FMI también teme un vuelco del nuevo poder estadounidense hacia plataformas de políticas aislacionistas.
Si Donald Trump enterrase el hacha de guerra comercial, la economía mundial podría repuntar este año hasta el 3,4% y hasta el 3,6% el próximo, e incluso podría mejorar estas cifras si la reactivación de Estados Unidos fuese mayor de la pronosticada como resultado del eventual éxito que tuvieran los planes de estímulo anunciados. El hecho de que la Casa Blanca y el Congreso se hallen en las mismas manos por primera vez en seis años es, a juicio del FMI, una garantía de que dichos planes de estímulo pueden aplicarse y desarrollarse sin excesivos problemas, en línea con la confianza que demuestran los mercados financieros.
La incertidumbre generada por el nuevo presidente de Estados Unidos en la economía mundial es, de todas formas, elevada y con toda seguridad estará presente en los análisis que se puedan hacer en la tradicional cita económica anual de Davos, que se celebra esta semana y donde China, con la que Trump ha iniciado una preocupante escalada de la tensión, es en esta ocasión el país invitado.