El FMI prevé más crecimiento global gracias a las políticas de Trump
El economista jefe del Fondo alerta sobre un catastrófico giro al proteccionismo
La actividad económica global repunta. El Fondo Monetario Internacional (FMI) explica en su último informe trimestral que se percibe un despegue de la economía que le permite mejorar las perspectivas de crecimiento de Estados Unidos, China Japón, el Reino Unido, Alemania o España para el bienio 2017-2018. Sin embargo, en ese pronóstico se atisba una gran sombra: “la incertidumbre” que proyectan las políticas que pueda desarrollar el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “y las ramificaciones internacionales” que esas decisiones puedan comportar. Trump toma posesión del cargo este viernes. “Conocemos la dirección de sus políticas, pero no tenemos los específicos” explicaba ayer el economista jefe de la institución, Maurice Obstfeld.
“Observamos una amplia gama de riesgos”, decía en la rueda de prensa de presentación realizada en la sede de Washington. “Existe una variedad más extensa de lo habitual en cuanto a posibles subidas o caídas en esta previsión” añadió. El peligro, razonó, se intensifica tanto por “la amenaza de políticas proteccionistas y respuestas de represalia”, como por un vuelco del nuevo poder estadounidense “hacia plataformas de políticas aislacionistas y el proteccionismo. Sería muy destructivo para la economía global”.
Después de un 2016 en que el crecimiento global se quedó en un modesto 3,1%, el más bajo desde los años de la recesión y el colapso financiero (en 2008-2009), en la segunda mitad del año se inició una recuperación del ritmo de crecimiento que el FMI confía en que se prolongue. En este contexto, el Fondo pronostica un crecimiento del 3,4% para el próximo año y del 3,6% para el 2018.
Uno de los países que salen mejor parados es España. Su pronóstico se incrementa 0,1 y 0,2 décimas, con un crecimiento del 2,3% y del 2,1% en estos dos años. Como indica el informe, las cifras de crecimiento de la economía española en el tercer trimestre del 2016 “fueron algo más alentadoras de lo previsto”. Irene Garrido, secretaria de Estado de Economía, se felicitó ayer porque las previsiones del Fondo se aproximan a las que maneja el propio Gobierno.
En conjunto, los países europeos salen todos beneficiados en su proyección, así como el resto de economías avanzadas, que han mejorado gracias al fortalecimiento de la actividad durante el segundo semestre del pasado año y al estímulo fiscal previsto en Estados Unidos, donde se espera una orientación más expansiva de la economía. El FMI prevé para la primera locomotora de la economía mundial un crecimiento del 2,4% y el 2,9% en los dos próximos años, cifras que estarían más acordes con las promesas de Trump durante su campaña.
Las previsiones del Fondo se fundamentan en que las políticas de la Casa Blanca incluirán un cierto estímulo fiscal a corto plazo y una normalización menos gradual en la política monetaria. “Muchos comentaristas han concluido –dijo ayer Obstfeld– que los movimientos postelectorales predicen que la política fiscal de EE.UU. será más expansiva y requerirá un más rápido movimiento en las subidas de los tipos por la Reserva Federal. Los mercados han percibido que la Casa Blanca y el Congreso se hallan en las mismas manos por primera vez en seis años, lo que apunta a una bajada de impuestos y más gastos en infraestructuras y defensa”.
A la luz de este “momentum”, Obstfeld señaló: “Hemos subido moderadamente la proyección para estos dos años”. El economista jefe del FMI precisaba, no obstante, que “la posibilidad de que se produzcan contramarchas es alta”, como lo ponen de relieve las repetidas revisiones a la baja del crecimiento en los últimos años. Sin embargo, hay un contrapunto. Mientras las economías avanzadas salen bien paradas, no es este el caso para los mercados emergentes, donde las condiciones financieras son menos favorables en términos generales. En este contexto, el FMI prevé descensos en toda la región de América Latina, con México y Brasil a la cabeza.
El documento recalca que, si bien los riesgos se inclinan a la baja, también se perciben “riesgos al alza” en el corto plazo. Específicamente, “si la política de estímulo fuera más contundente de lo previsto en la actualidad en Estados Unidos o en China”.
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