Rusia y Turquía bombardean juntas al Estado Islámico en Siria
Es la primera operación de apoyo de Moscú a la campaña terrestre de Ankara
A pesar de que Turquía es un país de la OTAN, el entendimiento con Rusia respecto a la guerra de Siria ha llegado también al campo de batalla. Los aviones de combate de ambos países participaron ayer codo con codo en un ataque contra el Estado Islámico (EI), anunció el Ministerio de Defensa de Rusia.
Los bombardeos se produjeron en una zona en la que el ejército turco lleva meses combatiendo por tierra tanto a las fuerzas del EI como a las fuerzas kurdas, con el objetivo de alejarlos de esa zona próxima a su territorio. Pero el mes pasado sufrieron bastantes bajas. La ayuda de la aviación rusa, al parecer la primera a las operaciones terrestres turcas, resultó “altamente efectiva”, explicó el teniente general Serguéi Rudskói, jefe de la Dirección de Operaciones del Estado Mayor del Ejército ruso.
El ataque se llevó a cabo cerca de la ciudad de Al Bab, en la provincia de Alepo, con un resultado “altamente efectivo”, explicó. Al Bab se encuentra a unos 20 kilómetros de la frontera con Turquía.
“El 12 de enero del 2017 representantes de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y de las Fuerzas Aéreas de Turquía firmaron un memorando sobre la prevención de incidentes y para garantizar la seguridad de los vuelos de sus aviaciones durante las operaciones en Siria. Este documento crea las bases para llevar a cabo acciones conjuntas en Siria, con el objetivo de eliminar grupos terroristas internacionales”, explicó Rudskói en Moscú. “Hoy las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia y las Fuerzas Aéreas de Turquía están realizando su primera operación aérea conjunta para derrotar al EI en los alrededores de Al Bab”.
En esas operaciones de ayer, “acordadas por el Estado Mayor de los dos ejércitos”, los cazas alcanzaron 36 objetivos. Por parte rusa, participaron cuatro cazas Su-24M, cuatro Su-25 y un cazabombardero Su-34. Ankara aportó ocho aviones de combate: cuatro F-16 y 4 F-4.
El Estado Mayor del Ejército turco confirmó a la agencia Tass en la capital turca que el ataque conjunto se había llevado a cabo en la provincia de Alepo gracias a la “buena coordinación” entre ambos países.
Sobre el escenario de la guerra civil de Siria, Rusia y Turquía han pasado de ser acérrimos adversarios a aliados. El Gobierno de Ankara no vio con buenos ojos que Rusia se convirtiese en septiembre del 2015 en un actor de peso en el conflicto, cuando decidió dar apoyo aéreo a su aliado, el líder sirio Bashar el Asad, que a duras penas resistía el avance de las fuerzas de la oposición y de los extremistas del EI y Al Nusra, la versión siria de Al Qaeda.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, era partidario de que El Asad dejase el poder, mientras combatía a las fuerzas kurdas, enemigas siempre de Ankara. Así que la presencia de los aviones rusos no era una buena noticia para él.
La relación cayó hasta el hoyo más profundo cuando en noviembre del 2015 un caza turco abatió un avión ruso y causó la muerte de uno de los pilotos. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, calificó el episodio como una “puñalada por la espalda”.
Moscú impuso sanciones económicas a Turquía, pero con el tiempo las relaciones se fueron templando. Tras el intento de golpe de Estado del año pasado en Turquía, Putin mostró su apoyo a Erdogan, criticado desde la UE y Estados Unidos por la represión posterior contra la oposición. Eso terminó de calentar las relaciones económicas entre Rusia y Turquía, y al final han encontrado intereses comunes en Oriente Medio que hace un año parecían impensables. Junto con Irán, son los organizadores de las conversaciones de paz del próximo 23 de enero en Astaná, capital de la ex república soviética de Kazajistán.
Sobre el escenario de la guerra siria, rusos y turcos han pasado de ser acérrimos adversarios a aliados