La violencia vuelve a sacudir México con tiroteos en Cancún y Monterrey
La violencia no da tregua en México. Apenas 24 horas después del tiroteo ocurrido la madrugada del lunes en una discoteca de Playa del Carmen que dejó cinco muertos y una docena de heridos, las instalaciones de la fiscalía del estado de Quintana Roo y otros edificios públicos, ubicados en la ciudad caribeña de Cancún, fueron atacados a balazos por un grupo armado. En el incidente cayeron un policía y tres agresores, informaron las autoridades locales. Horas más tarde, en el otro extremo del país, un chico de 15 años disparaba contra su profesora y varios de sus compañeros de clase en el Colegio Americano del Noreste, una escuela privada de Monterrey, capital de Nuevo León, fronterizo con Estados Unidos. El agresor trató de suicidarse en el acto y murió después en el hospital. La maestra y dos alumnos se debaten entre la vida y la muerte.
Aunque de signo muy distinto y en lugares muy distantes, ambos hechos agudizan el estado de zozobra entre los mexicanos por la rampante inseguridad que se reproduce a lo largo y ancho del país. No obstante, los sucesos de las últimas horas en la Riviera Maya muestran una escala violenta insólita en esta zona estratégica para la industria turística. La progresión de los incidentes y el modus operandi de los atacantes llevan la firma de la peor cara del crimen organizado: aquella que impone su ley del terror a base de plomazos con el objetivo de controlar el territorio.
Según medios locales, los atacantes en Cancún eran unos diez individuos en motocicletas y abrieron fuego contra la sede de la fiscalía estatal. También dispararon sobre los edificios contiguos de la secretaría de Seguridad Pública, del cuerpo de bomberos y del centro de comando C4, que coordina la acción de todos los cuerpos de seguridad involucrados en el combate contra la delincuencia organizada. Acto seguido, decenas de policías y militares emprendieron la persecución de los pistoleros por algunas de las avenidas más concurridas de la ciudad. Hubo al menos un intercambio de disparos, que desató el pánico entre la gente y ocasionó el cierre de varios centros comerciales. De acuerdo con las mismas fuentes, esta ola de violencia responde a las pugnas entre bandas de narcotraficantes por el control de las rutas y el mercado de la droga en la rica zona turística del Caribe mexicano.
El incidente en Monterrey, no obstante, respondería a otro fenómeno. En opinión del portavoz de Seguridad del gobierno de Nuevo León, Aldo Fasci, “es producto de lo que está pasando en otros países y los jóvenes tienen acceso a esa información por internet”. El funcionario, sin embargo, declinó pronunciarse sobre los motivos del adolescente que decidió disparar contra sus compañeros de clase.