Trump se estrena con la mayor protesta desde Vietnam
La Marcha de las Mujeres reúne en Washington a medio millón de personas al día siguiente de la toma de posesión Londres, París, Barcelona y otras 670 ciudades se manifiestan contra la misoginia del presidente
Cantaba Bob Dylan hace medio siglo que los tiempos están cambiando, y el romanticismo que inspiró el combate por los derechos civiles de aquella época vuelve a anidar en los corazones de la juventud estadounidense ahora que los tiempos están cambiando otra vez, probablemente en dirección contraria.
El segundo día de la presidencia de Donald Trump, centenares de miles de personas participaron en la Marcha de las Mujeres sobre Washington. Es la manifestación de protesta más multitudinaria que ha vivido la capital de Estados Unidos desde la mayor movilización contra la guerra del Vietnam, en 1969. Donald Trump está consiguiendo lo que durante años no han sido capaces de vertebrar los líderes de la izquierda estadounidense, la convergencia en un mismo frente de combate de todas las causas en favor de los derechos y las libertades civiles.
Las mujeres indignadas por el estilo sexista del nuevo presidente y, sobre todo, por las políticas anunciadas que pretenden suprimir de hecho el derecho al aborto y a la planificación familiar es el movimiento más multitudinario que ha sido capaz de liderar e integrar como reivindicaciones inseparables el derecho a la salud, el derecho a una educación pública de calidad, la igualdad de derechos de las minorías LGTB, la defensa de las políticas contra el cambio climático, el pacifismo y la solidaridad con los refugiados que huyen de los países en guerra, el movimiento contra la persecución y discriminación de los inmigrantes y, por supuesto, las organizaciones afroamericanas contra la discriminación racial y la violencia policial...
Quizá, gracias a Trump, vienen buenos tiempos para la lírica, con la diferencia de que los himnos de Dylan, Pete Seeger y Joan Baez que pusieron la banda sonora a las movilizaciones
LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO Nace un movimiento de resistencia contra Trump que anuncia una presidencia conflictiva MUJERES, NEGROS, PACIFISTAS... El nuevo presidente consigue lo que no logró la izquierda: unir todas las causas progresistas
de los padres y abuelos de los millenials han sido sustituidos por canciones del denominado
girl power que han popularizado Beyoncé, Lady Gaga, Katy Perry con su grito de combate (“soy una campeona y vas a oír mi rugido...”) o Alicia Keys proclamando “We are girls on fire!”.
No se puede ignorar que centenares de miles de estadounidenses arroparon el viernes la toma de posesión de Donald Trump como 45.º presidente de Estados Unidos, pero igualmente cierto es que nunca un presidente fue menos bienvenido. Las innumerables protestas contra el nuevo presidente en el inicio de su mandato que se han organizado en la capital y en las principales ciudades del país no tienen precedentes en ninguna inauguración presidencial. La agencia Associated Press dio la cifra de tres millones de manifestantes contra Donald Trump sumando el conjunto de las movilizaciones en todo el mundo. Este nivel de agitación pone de manifiesto la profunda división de la sociedad estadounidense y hace prever una presidencia conflictiva, sobre todo si el nuevo comandante en jefe mantiene su actitud agresiva contra sus detractores. Todos los oradores de las marchas llamaron a mantener activo el movimiento de resistencia y a no desfallecer mientras Trump siga de presidente.
En su primer mensaje a la nación, Trump se arrogó la representación exclusiva del pueblo estadounidense, pero una parte activa del pueblo no se siente representada. La actriz America Ferrera, Betty la
fea en Estados Unidos, nacida en Los Ángeles de padres hondureños,
lo expresó en voz alta y clara: “Es un momento desgarrador para una mujer que es mujer e inmigrante a la vez. Nuestra dignidad, nuestro carácter, nuestros derechos todos han sido objeto de ataques. Ayer asumió el poder una plataforma de odio y división”. Y añadió: “El presidente no es Estados Unidos, todos nosotros somos Estados Unidos”.
Cuando America Ferrera enardecía a la multitud, Donald Trump rezaba en la catedral Nacional junto a su esposa y sus hijos en el tradicional servicio religioso del segundo día de mandato, un ritual que tuvo su momento significativo cuando, con una homilía que podía haber firmado el propio Barack Obama, el reverendo Randolph Marshall Hollerith parecía leer la cartilla al nuevo presidente: “Mira con compasión a toda la familia humana; evita la arrogancia y el odio que corrompe el corazón; rompe las barreras que nos separan; une en lazos de amor... A su debido tiempo, todas las naciones y razas pueden servir (a Dios) en armonía alrededor de su trono celestial por medio de Jesucristo nuestro Señor”.
No empezó Trump su mandato con ese espíritu. Empeñado en hacer gestos dirigidos a satisfacer a los que se han visto seducidos durante la campaña por su retórica y sus propuestas, lo primero que hizo el viernes inmediatamente después de jurar el cargo y leer su discurso fue firmar los primeros decretos para desmantelar el Obamacare y neutralizar las medidas de la Administración Obama para combatir el cambio climático. En concreto, Trump firmó una orden ejecutiva por la que daba amplios poderes a las agencias federales para flexibilizar las regulaciones establecidas por la ley de Asistencia Asequible, entre ellas ciertas obligaciones a las compañías aseguradoras, los hospitales, los médicos, las compañías farmacéuticas y los propios estados. Se trata más de un gesto político simbólico que de una medida realmente efectiva mientras la ley no sea derogada.
También el viernes, Reince Priebus, jefe de gabinete de la Casa Blanca, emitió una directiva que ordenaba la congelación de las regulaciones para todos los organismos gubernamentales que tenía por objeto impedir el establecimiento de nuevos estándares de eficiencia del Departamento de Energía, que afectan a los aparatos de aire acondicionado, calderas de calefacción y electrodomésticos. El objetivo es frenar la aplicación de una norma dictada por la Administración Obama el 28 de diciembre pero todavía no publicada en el Registro Federal y que pretendía reducir las emisiones de gases con efecto invernadero relacionadas con el cambio climático.
Admitiendo el carácter simbólico de las medidas, el vicepresidente Mike Pence comentó: “Podemos esperar a que el presidente Donald Trump empiece a tomar medidas ejecutivas el lunes, que es el primer día real de su mandato”.
El mismo viernes, Trump firmó el nombramiento del general James Mattis como secretario de Defensa y de John Kelly como secretario de Seguridad Nacional. Son los dos primeros miembros del gabinete que han superado la confirmación previa del Senado.
Para firmar los decretos, Donald Trump se trasladó al despacho oval de la Casa Blanca y allí también decidió tomar una decisión decorativa. Restituyó en una de las estanterías un busto de Winston Churchill
PRIMEROS GESTOS El primer día Trump firma decretos contra el ‘Obamacare’ y contra medidas ambientalistas UN GUIÑO Un busto de Winston Churchill que Obama trasladó vuelve al despacho oval
que había sido sustituido durante la presidencia de Obama por otros de Abraham Lincoln y Martin Luther King. Precisamente fue Mitt Romney, el republicano que lideró el movimiento NeverTrump, quien reivindicó el regreso de la estatua al despacho oval. El gesto de Trump es un guiño a los conservadores y también un mensaje de complicidad con los británicos, a los que ha felicitado por el Brexit.
Después de sus primeras iniciativas presidenciales, Trump abrió el baile inaugural con su esposa Melania, al son de la canción My way , de Frank Sinatra, que es habitual en los funerales. Nancy Sinatra, hija del cantante, declaró que su padre no habría votado jamás a un político como Trump y que el presidente debía leer bien la primera frase de la canción: “El fin está muy cerca”.