El idilio entre la comunidad de Wall Street y Trump llega a su cenit
El optimismo americano contrasta con la preocupación de los europeos
El idilio que mantiene el mundo empresarial estadounidense, y en especial las grandes firmas que cotizan en Wall Street, con el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alcanzó su cenit el viernes, en plena toma de posesión. Las expectativas creadas por las promesas de reducir los impuestos y de un mayor gasto en infraestructuras han acabado por dejar en un segundo plano los temores a los efectos que las políticas proteccionistas de Trump puedan tener en los intercambios comerciales.
“Hay más razones para ser optimista este 2017 que las que había a inicios del 2016” explicaba ayer el presidente de Morgan Stanley, James Gorman. Para este banquero, que ha visto como los beneficios de la entidad financiera se han duplicado en el cuarto trimestre, una de las claves es que “hay más confianza, y eso se nota en el consumo”. Los bancos de inversión han sido los más beneficiados en bolsa desde la victoria de Trump el pasado mes de noviembre. Todos ellos han presentado alzas de dos dígitos en sus cotizaciones en bolsa. Sobre todo porque el sector financiero confía en las promesas que hizo el candidato en campaña de aligerar la regulación a la banca.
Aun así, apenas hay acciones que hayan escapado a esas alzas. El conjunto del S&P 500 ha subido en este periodo un 6,3%.
“Existe la sensación de que estamos en el buen camino –explicaba también el viernes Scott Kirby, presidente de American Airlines–. Parece como si desde el día de la victoria se hubiera producido un punto de inflexión en el mundo de los negocios”. Kirby no es el único hombre del sector aéreo que se muestra optimista. Ed Bastian, consejero delegado de Delta Airlines: explicaba que “hay mucho potencial en la promesa de más infraestructuras anunciada por el presidente”. La industria de las aerolíneas estadounidense se ha mostrado en los últimos meses muy quejosa de la competencia que le plantean las aerolíneas procedentes de Oriente Medio, fuertemente subvencionadas por sus gobiernos.
Otro banquero: “Percibo que se habla mucho más que antes sobre oportunidades de negocio a las que financiar”, explicaba el jueves Vince Delie, presidente de FNB (First National Bank).
El contraste entre el optimismo americano y la inquietud de los empresarios europeos fue notorio esta semana en el encuentro de Davos. José Viñals, antes en el Banco de España, ahora presidente del Standard Chartered Bank, hablaba abiertamente en el encuentro de “incomodidad hacia la retórica de Trump”. Para el banquero, “en Europa hay preocupación por cómo las políticas de la nueva presidencia afectarán al comercio global y a las finanzas”.
En la misma localidad suiza, Mary Callahan, que dirige el negocio de Asset Management deJP Morgan, rechazaba esas prevenciones: “Nos vamos a tener que acostumbrar a pensar de forma proactiva sobre el crecimiento. Es la ley del péndulo y va a ser positivo para los negocios. Es simplemente eso”.
Algunos altos ejecutivos bancarios europeos parecían contagiados por el optimismo americano. Antonio Horta-Osorio, el portugués que está al frente del británico Lloyds, ve positiva la nueva presidencia. “Él quiere que los bancos tengan algo más que decir en el crecimiento económico, y esta es una combinación inseparable. Tú no puedes tener economías fuertes en el medio plazo sin unos bancos sólidos. Y viceversa”.
Como contaban algunos ejecutivos americanos a sus interlocutores europeos en referencia a sus tuits: “Tómense a Trump seriamente, pero no literalmente”.
La banca americana tranquiliza Davos sobre los efectos de las nuevas políticas “Tómense a Trump seriamente, pero no literalmente”, dicen en referencia a sus tuits