Rajoy no presentará el presupuesto sin un acuerdo previo con el PSOE
El presidente busca el apoyo de la gestora socialista y no quiere esperar a la nueva dirección de Ferraz
El Gobierno del presidente Mariano Rajoy ya ha iniciado los contactos con el PSOE con el objetivo de acordar los presupuestos generales del Estado y enviarlos al Congreso de los Diputados en abril. Rajoy busca el apoyo de la gestora socialista y no quiere esperar a la nueva dirección del PSOE, que surgirá del congreso del partido en junio. Sin embargo, el presidente del Ejecutivo desistirá de presentar el presupuesto si no logra un acuerdo previo con los socialistas, para evitar que las cuentas sean rechazadas.
Asegura el Gobierno del PP que su capacidad de diálogo está ya más que demostrada después de los acuerdos firmados en materia económica, social y territorial. Y pone como ejemplo los pactos alcanzados la pasada semana en el ámbito territorial, durante la conferencia de presidentes autonómicos, o el decreto ley aprobado el viernes en el Consejo de Ministros para garantizar los derechos de los consumidores afectados por las cláusulas suelo.
Desde el Ejecutivo subrayan el hecho de que el procedimiento judicial sobre las cláusulas suelo fue acordado con PSOE, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria. Al cual se suman los pactos alcanzados, en especial con el PSOE, en materia de techo de gasto, objetivos de estabilidad presupuestaria, la suspensión del calendario de implantación de la Lomce hasta que haya un pacto por la educación, el bono social y la subida del salario mínimo.
Diálogo y acuerdos que a juicio de la Moncloa tienen un límite y que pasarán el examen más importante con los presupuestos generales del Estado. El Gobierno quiere que estén aprobados antes del verano, para lo cual tendrían que ser remitidos al Congreso de los Diputados en abril. Mariano Rajoy quiere que haya presupuestos, pero no a cualquier precio. Considera que conservar la línea de la política económica que ha llevado a cabo el PP en estos años es básico para mantener la senda de crecimiento que ha llevado a España a crecer por tercer año consecutivo. Y que según el Gobierno permitirá que España recupere este año el PIB que tenía antes de la crisis, tras haber caído un 10% durante los años más duros de esta.
Por eso no habrá acuerdo si esos presupuestos desvirtúan la política económica hasta hacerla irreconocible, o si se exigen algunas cuestiones que el Ejecutivo ha puesto como líneas rojas de negociación, como la reforma laboral. De ahí que desde el Gobierno, y en especial el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, se haga hincapié, constantemente, en que los acuerdos deben responder a la realidad de la nación y a su viabilidad financiera, desterrando “posturas irreductibles y posiciones radicales o extremistas”. Es la misma razón por la que Rajoy asegura que no está dispuesto a acordar un sistema de financiación autonómica que no garantice la igualdad de los españoles, la solidaridad y la corresponsabilidad fiscal.
Méndez de Vigo resumió hace poco la posición del Gobierno sobre el diálogo en una frase rotunda: “El Gobierno no quiere cheques en blanco, sino un compromiso de diálogo, pero tampoco comprará tiempo político a cambio de hacer la política de otros”.
El Gobierno de Mariano Rajoy ya está manteniendo contactos para la aprobación de los presupuestos generales del Estado del 2017. Por el momento se han prorrogado los de 2016, al no poder aprobar a tiempo las cuentas públicas debido al proceso de elección del presidente del Gobierno, que no se produjo hasta finales de octubre. Pero el Ejecutivo considera que hay leyes, y la de presupuestos es una de ellas, que no se pueden enviar al Parlamento si no hay un acuerdo previo, y ese acuerdo Rajoy lo sigue queriendo con el PSOE, pese a las reiteradas declaraciones de los dirigentes socialistas de que no apoyarán esos presupuestos.
El Ejecutivo de Rajoy conoce las reticencias del PSOE y sabe que el calendario congresual de los socialistas no ayuda a la consecución de ese acuerdo, pero tiene claro que sin ese apoyo que asegure que las cuentas serán aprobadas no las mandará al Congreso.
El Gobierno quiere aprobar los presupuestos, hacerlo con la aquiescencia del PSOE y cuanto antes mejor. Su intención es acordarlos con la gestora socialista, tanto por los plazos que ellos barajan como por considerar que es más fácil hacerlo con quienes han conseguido los acuerdos en el Parlamento que con una nueva dirección. Además, el calendario congresual del PSOE supone que las primarias tendrán lugar en mayo, con lo que el Gobierno prefiere negociar los presupuestos antes de que empiece la campaña en la que los candidatos socialistas entrarán en una carrera que puede impedir los acuerdos. Y tampoco quieren dejarlo para después, ya que el congreso del PSOE está fijado para el 17 y 18 de junio, cuando a juicio del Ejecutivo ya sería muy tarde para la aprobación de los presupuestos.
LOS LÍMITES El Ejecutivo no dejará que se desvirtúen la política económica y la reforma laboral
EL CALENDARIO Rajoy prefiere un acuerdo con la gestora antes que con el nuevo líder socialista