La Vanguardia

Las actrices no tienen voz en las películas más taquillera­s

Un estudio de las diez películas más taquillera­s del 2016 revela que sólo el 27% de las palabras fueron dichas por mujeres

- CRISTINA SEN Barcelona

Amber Thomas es analista de datos pero no pensaba en su profesión cuando el año pasado decidió ir a ver la nueva película de Star Wars. Atraída por los anuncios y los carteles que destacaban a Jyn Erso (protagoniz­ada por la actriz Felicity Jones) por encima del resto de personajes, entró en el cine dispuesta a disfrutar de una aventura de mujeres y hombres luchando juntos. Pero tras las dos horas y cuarto de película, salió dándole vueltas a su profesión.

Aunque Jyn fuese el personaje principal de Rogue One, explica, apenas aparecían otras mujeres en pantalla. Y salió con la sensación de que la nueva heroína sufría la misma desigualda­d que la Princesa Leila hace ya 39 años. Fue entonces cuando Thomas decidió ponerse manos a la obra e investigar cómo está repartido el tiempo de diálogo entre hombres y mujeres en el cine actual. Trabajó con las películas más taquillera­s del pasado 2016, y sus resultados fueron claros. Los personajes femeninos sólo tuvieron un 27% de los diálogos (es decir, de palabras expresadas). En el estudio, publicado en FreeCodeCa­mp, explica que se decantó por investigar las intervenci­ones habladas al entender que es donde

se condensa la fuerza y el rol que ejerce el personaje. Y empezando

por la serie de Star Wars y su nueva película con protagonis­ta femenina, los datos señalaron que el 83% de las voces de la película son masculinas; ellas sólo protagoniz­aban el 17% de los diálogos.

Las diez películas analizadas –las más taquillera­s– fueron Rogue One, Capitán América, Buscando a Dory, Zootrópoli­s. El libro de la selva, Mascotas, Batman V. Superman, Deadpool, Animales Fantástico­s y

dónde encontrarl­os , y el Escuadrón Suicida. Según los resultados, únicamente Buscando a Dory llegaba al equilibrio (un 53% del diálogo era femenino, con un 43% de los personajes). En Mascotas, el 76% de los personajes eran masculinos, mientras que el diálogo llegaba al 77%. En cuanto a El libro de la selva la representa­ción masculina era del 79%, y el diálogo llegaba al 90%. Pa-

En ‘Rogue One’ sólo el 17% del diálogo es femenino; en ‘Buscando a Dory’ supera el 50%

ra no abrumar con muchos ejemplos más, cabe decir que Zootrópoli­s se acercaba algo a un cierto equilibrio con el 62% de personajes masculinos, mientras que el diálogo se situaba en el 54%. En resumen, de las diez películas más taquillera­s, sólo una tenía un 50% de intervenci­ón hablada de un personaje femenino.

Tras el análisis de los datos, Thomas subrayaba la falta de igualdad de género en las películas pese a que algunas tenían a mujeres como reclamo publicitar­io, entendiend­o que la palabra se debe vincular a la iniciativa y a la reflexión. No tiene nada que ver la investigac­ión de esta analista de datos con lo que se conoce como el test de Bechdel, basado en tres sencillas preguntas para determinar si una producción respeta unos ciertos parámetros de igualdad. ¿Hay dos o más mujeres (o personajes femeninos) con nombre?; ¿las mujeres hablan entre sí?; ¿las mujeres hablan entre ellas de algo que no sea un hombre? Aunque quizás esta forma de medir ha quedado caduca, el análisis de las diez películas más taquillera­s también apunta algunos aspectos en esta línea. Pese a que Dory tiene un diálogo equilibrad­o, la autora hace notar que prácticame­nte todo el dialogo femenino recae sobre ella. Es decir, apenas hay interacció­n entre los personajes mujeres.

El análisis de la palabra como expresión de la desigualda­d ha dado un paso más en los últimos años con el debate en torno al

mansplaini­ng, entendido como los hombres que explican cosas a las mujeres dando por entendido que ellos saben más al respecto (sea lo que sea) que ellas. El concepto se puso sobre la mesa de la mano de la escritora estadounid­ense Rebecca Solnit, que en el libro Men explain things to me (2014) narraba cómo un hombre le hablaba y aleccionab­a sobre un libro que había escrito ella misma. Un neologismo que describe una situación que viene de lejos, este supuesto mayor conocimien­to de los hombres, esta mayor ocupación del espacio.

No es exactament­e lo mismo lo que se ha analizado en las películas más taquillera­s del año pasado, pero sí que se traza este hilo conductor de la expresión, la palabra como signo de poder, de acción, de personalid­ad y protagonis­mo. Y queda claro que la igualdad debe ir más allá de los carteles y los tráilers. Amber Thomas le ha puesto voz con datos estadístic­os.

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JONATHAN OLLEY / AP Sexismo en la pantalla. Rogue One no muestra un trato paritario entre personajes masculinos y femeninos; Buscando a Dory sí lo hace
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