Audrey Azoulay
Cuarenta exposiciones del artista unirán las riberas del mar Mediterráneo
MINISTRA DE CULTURA DE FRANCIA
El Museo Picasso de París, en coordinación con otras instituciones y bajo los auspicios del Ministerio de Cultura francés, ha propiciado Picasso Mediterráneo 2017-2019, un proyecto integrado por cuarenta exposiciones.
Picasso, cuya obra no descansa, abrió el año cultural francés, el sábado, en Charles de Gaulle-Roissy, en el “primer museo de aeropuerto”, con Picasso plein soleil.Y esta tarde, doblete en el Musée Picasso, con el vernissage de la miniexposición Hommage à Jacqueline Picasso y el anticipo de Picasso
Mediterráneo 2017-2019, espectacular programa con cuarenta exposiciones –nueve en España, cuatro de ellas en Catalunya– desde la primavera del 2017 hasta el 2019.
Normal para una obra “obsesivamente mediterránea”, según Laurent le Bon, presidente del Musée Picasso, que lanzó el operativo, en coordinación con sesenta instituciones de la cuenca, para “un recorrido por la creación del artista y los lugares que lo inspiraron”. Y “una experiencia cultural inédita”.
El homenaje a Jacqueline conmemora los treinta años del suicidio de la última esposa del pintor, cuya dación póstuma en 1990 hizo entrar 378 obras al museo, que, junto a las donadas –noble ahorro de impuestos sucesorios– por la familia en 1978, consolidó la mayor colección mundial. El cuadro Jacqueline aux mains
croisés (con las manos cruzadas) es la excusa para un estudio en torno a las manos en el pincel picassiano.
Esta tarde, también, en presencia de la ministra de Cultura, Le Bon presentará Picasso Mediterráneo
2017-2019, cuyo mérito nada banal es el de haber comprometido a instituciones de todos los niveles que imaginaron más de cuatro decenas de exposiciones.
Todo arrancará el 9 de abril en el Capodimonte, de Nápoles. En la lista, otros nueve museos italianos, además del Nimac y el Arqueológico de Chipre, el Benaki de Atenas, el Mohamed VI de Rabat, el Arkas Sanat Merkexi de Turquía. Y como la idea partió del Picasso de París, casi 40 centros franceses, de Antibes a Céret, de Perpiñán a Toulouse.
En España se apuntaron el MNAC y el Museu Picasso (Barcelona) –que suman al proyecto sus muestras previstas y también acogerán alguna producción foránea–, la Fundació Palau (Caldes d’Estrac), el Museu del Joguet (Figueres), el Reina Sofia y la Fundación Mapfre (Madrid), la Fundación Picasso-Casa Natal (Málaga), el Eugenio Arias (Buitrago, con Picasso y
la fotografía, de Joan Fontcuberta) y la Fundación Botín (Santander). Entre lo más destacado, el Reina Sofía expondrá 150 obras con motivo de los 80 años del Gernika.
A partir de hoy, el juego de manos y Jacqueline ocuparán la rampa Simounet. Pero hasta el 5 de febrero otras trece salas detallan en doscientas obras la confrontación y paralelos entre el dueño de casa y Alberto Giacometti.
Escultores, dibujantes y pintores, Picasso y Giacometti, a pesar de los veinte años de diferencia, fueron amigos de encuentro diario, en París, en 1940 y 1941, hasta que Giacometti se refugió en Suiza.
Más tarde, mientras retrataba a Stravinski –encuentro filmado que es una de las sorpresas de la exposición–, Giacometti comentó al músico que Picasso “me asombra: es un monstruo”. Stravinski le responde que aquello suena a insulto. “No, para nada, Picasso sabe muy bien que es un monstruo”.
En paralelo con las exposiciones, Le Bon ha creado tres recorridos para cernir en lo posible la vastedad de la obra. Picasso panorama ,enel subsuelo, enseña el apetito del ogro a través de óleos, dibujos, esculturas, grabados, cerámicas, carteles o
escenografías. Obras maestras de 1900 a 1972,en
el segundo piso, recorre cronológicamente sus grandes periodos. Y en fin, una planta más arriba, la colección personal propone “un diálogo entre obras suyas y las que coleccionaba de contemporáneos –Mattisse, Miró, Rousseau…– o de los antiguos que admiraba”.
De la última a la primera musa, el homenaje a Jacqueline concluye el 26 de marzo, cinco días después de que el museo celebre el vernissage de otra gran exposición dossier: Olga Picasso, en colaboración con la Fundación Almine y Bernard RuizPicasso para el Arte (FABA).
La muestra revisará los años del pintor con su esposa Olga Khokhlova, bailarina de los Ballets Rusos. El propósito de la exposición: ofrecer la perspectiva de la realización de