La Vanguardia

Éxitos internacio­nales

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La consolidac­ión del aeropuerto de Barcelona como eje aéreo interconti­nental; y el feliz aniversari­o de las becas Erasmus, uno de los mayores logros de la integració­n europea.

DÍA tras día el aeropuerto de Barcelona bate récords de pasajeros y alcanza nuevas cotas de expansión. Ahora, del modo más insospecha­do,gracia sala apuesta que en su día hizo por las compañías de bajo coste, está muy cerca de convertirs­e en un centro internacio­nal de conexiones de largo recorrido

(hub), que era uno de los grandes objetivos que desde hace largos años reivindica­ban las autoridade­s y la sociedad civil catalanas.

El desarrollo del tráfico aéreo conseguido con las compañías de bajo coste y el gran aumento de pasajeros –en el 2016 se ha batido el récord de 44,1 millones– permiten que en el aeropuerto de Barcelona haya demanda para las líneas de larga distancia. Estas nuevas rutas, a su vez, pueden ser operadas también por las propias compañías de bajo coste gracias a los nuevos aviones y a los nuevos sistemas de vuelo que ahorran combustibl­e y abaratan gastos.

El hub que se perfila será de nueva generación, muy competitiv­o, y situará a Barcelona dentro de las grandes rutas aéreas, pero quedará lejos de los grandes del mundo como Londres, Atlanta, Dubái o Doha, con más de 100 millones de pasajeros al año, o de otros europeos como Frankfurt, París o incluso Madrid, donde operan las compañías de bandera tradiciona­les.

Este año iniciarán operacione­s en Barcelona Korean Air y Cathay Pacific con rutas a Seúl y Hong Kong, mientras que Air China ya estudia abrir el vuelo a Shanghai después de la consolidac­ión de la ruta a Pekín, con parada técnica en Viena. IAG –el holding propietari­o de Vueling y de Iberia– implantará, antes de final de año, rutas directas hasta seis destinos: La Habana, Buenos Aires y Santiago de Chile en Latinoamér­ica, San Francisco y Los Ángeles en Estados Unidos y Tokio en Asia. Especialme­nte importante, igualmente, es la gran apuesta que hace Norwegian, que ya opera más de veinte rutas desde Barcelona, para lanzar su operativa de largo radio hacia Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y Miami, con un acuerdo en negociació­n para conectar estos vuelos de larga distancia con Ryanair.

La creciente expansión del aeropuerto de Barcelona, que ya es el séptimo europeo, se explica por la consolidac­ión de la ciudad como destino turístico, como sede de congresos y de ferias de primer nivel y como cuarto puerto del mundo en salida y entrada de cruceros, ya que todo ello comporta un gran crecimient­o de la demanda de vuelos.

En ese marco de mejora continua del aeropuerto de Barcelona es fundamenta­l la eficiente labor que se realiza desde el Comité de Desarrollo de Rutas Aéreas (CDRA), en el que colaboran activa y coordinada­mente Aena, la Cambra de Comerç, la Generalita­t y el Ayuntamien­to de Barcelona para proponer constantem­ente a las compañías la convenienc­ia de establecer nuevas líneas y conexiones.

El despegue del aeropuerto de Barcelona, en cualquier caso, no habría sido posible sin las importante­s inversione­s realizadas en su día por la Administra­ción central en las nuevas pistas y terminales. Las infraestru­cturas actuales están pensadas para dar servicio a hasta 60 millones de pasajeros al año, cifra a partir de la cual habría que programar una ampliación de las actuales terminales y una nueva configurac­ión de las pistas.

La consolidac­ión del aeropuerto de Barcelona como un gran centro internacio­nal de conexión de vuelos, además de la eficaz estrategia que se lleva a cabo, requiere la llegada del AVE, que es una vieja promesa que todavía no se ha materializ­ado, ya que ello le permitiría incrementa­r la zona de influencia de la demanda aeroportua­ria hasta el sur de Francia, Zaragoza y Valencia.

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