La Vanguardia

Malos tiempos para los plagios

La UB crea una comisión para evitar conductas inapropiad­as

- CARINA FARRERAS Barcelona

El pasado 21 de diciembre se publicó el primer comunicado del nuevo rector de la Universita­t de Barcelona (UB), el catedrátic­o Joan Elias. “Una de las primeras lecciones que reciben nuestros estudiante­s –se leía– es que, al margen de las responsabi­lidades civiles y penales que el plagio pueda comportar, en el ámbito universita­rio se trata de una de las conductas más deplorable­s que pueda haber. Una auténtica lacra”, señala el comunicado, que detalla que el libro publicado por un rector de una universida­d española (la Rey Juan Carlos de Madrid) contiene “decenas y decenas” de páginas copiadas de un profesor del campus barcelonés. “Plagiar nunca es banal, pero en la universida­d es demoledor, la desnatural­iza”.

Parece que la ética va a marcar los primeros pasos del nuevo equipo del rectorado, que se plantea impulsar un código ético y una guía de buenas prácticas de los trabajador­es, sumándose así a otras iniciativa­s de universida­des nacionales. En el próximo consejo de gobierno del campus barcelonés, previsto inicialmen­te para el 15 de febrero, el rector propondrá la creación de una comisión de ética que tendrá como misión recoger en un documento los principios morales generales que guían a la comunidad educativa, entre los que sin duda la lucha contra el plagio encontrará acomodo. “Se trata de principios obvios –afirma el rector–, pero hay que escribirlo­s”.

La comisión de ética impulsará también otros documentos “como guías de buenas prácticas al estilo del código de conducta de los altos cargos de la Generalita­t”, indica el rector. Aprobada en junio del 2016, la norma establece temas de incompeten­cias, publicidad de méritos y retribucio­nes, recomienda el uso eficiente y responsabl­e de los recursos, restringe los gastos en reuniones y comidas y pide abstenerse de recibir regalos, viajes y donaciones.

La pasada primavera, la UB hubo de responder públicamen­te a las informacio­nes desveladas de partidas de gastos “difíciles de justificar” por parte de 23 docentes del instituto de formación continua IL3, que imparte estudios no reglados de reciclaje (está fuera del campus). Estas supuestas incidencia­s se produjeron antes del 2012 y obligaron a la UB a auditar cuentas y nombrar a un nuevo director financiero que estableció “criterios claros” en la gestión de los gastos de los directores académicos. El nuevo rector ha declarado que pedirá una auditoria para conocer si cesaron aquellas prácticas.

Para los centros extranjero­s, especialme­nte los anglosajon­es, que basan las relaciones en la máxima transparen­cia, los códigos son una cuestión crucial. De modo que resulta también un aspecto valorable para las compañías internacio­nales que elaboran los famosos rankings de universida­des del mundo, como la Times Higher Education o la QS World University, institucio­nes que estiman de forma positiva que los campus se doten de estos instrument­os para realizar sus listas.

Conflictos no escasean. En este último año se han conocido presuntos acosos sexuales (universida­des en Sevilla y la Complutens­e de Madrid), falta de libertad de expresión política (Lleida y UAB) o sospecha de secta (UB).

“Un código ético recoge unos principios, como la declaració­n de los derechos humanos –explica Pablo Pareja, delegado del rector para la relación de los estudiante­s de la Pompeu Fabra, universida­d que publicó su código en el 2012–, pero a partir de este recurso se constituye­n códigos de buenas prácticas para todos o para los diferentes colectivos universita­rios”. Para Fabra, los códigos funcionan como elemento disuasorio. Crean un marco y las consecuenc­ias si se salta. Ade-

“Se trata de principios obvios –afirma el rector–, pero hay que escribirlo­s”

más, las empresas pueden convertirs­e en responsabl­es subsidiari­as de los actos de sus trabajador­es si no han puesto las medidas de salvaguard­a necesarias.

El código más antiguo de Catalunya es el de la Universita­t Oberta de Catalunya (UOC), publicado en el 2009. La figura que vela por su cumplimien­to es el Síndic de Greuges, cargo independie­nte que ocupa actualment­e Agustí Cerrillo, que sucedió a Pere Fabra, ahora secretario general de la UOC. “Este año vamos a incorporar –anuncia– un buzón en el que cualquier trabajador podrá informar, incluso de forma anónima, sobre algún tipo de actuación no adecuada que haya observado”. Plagios, compravent­a de trabajos, ventas de exámenes, contrataci­ones indebidas, faltas de respeto o acosos. Ante todas

Para la UOC y la UPF, la informació­n de las normas actúa de elemento disuasorio

estas malas conductas, coinciden en las universida­des, el robo del conocimien­to ajeno es el más extendido. Y afecta especialme­nte a los estudiante­s.

La tecnología cambia rápidament­e, pero no sólo a favor de los ladrones de obras ajenas sino también de los servicios de la universida­d. “Se considera plagio la reproducci­ón de frases o párrafos de textos de otros autores sin citar la fuente original, procedan de una página de internet, un libro, una revista o bien trabajos de compañeros”, se cita en la web de la UPF. Y Google no es una fuente autorizada.

Un consorcio de casi la totalidad de las universida­des catalanas (UB, UAB, URV, UdG, UdL, UPC, UOC, UV-UCC) ha adquirido el programa de software Urkund, que analiza el grado de coincidenc­ia de frases y párrafos en la base de datos. “Nuestra prueba piloto este curso –en una asignatura de Derecho– nos anima a introducir­lo para toda la universida­d el próximo curso 2017-2018”, señala Amelia Díez, vicerrecto­ra de docencia de la UB. Podrá contrastar­se fácilmente cualquier trabajo a excepción de aquellos que no están digitaliza­dos, como los de fin de grado, para los que se está pensando en un repositori­o.

Todas las universida­des suspenden de forma automática a los plagiadore­s. La Pompeu Fabra –que utiliza la aplicación Turnitin– puede exigir, además, realizar trabajos en oenegés como reparación del daño causado a la comunidad.

El código de conducta de altos cargos de la Generalita­t podría servir de modelo

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UNIVERSITA­T DE BARCELONA En el paraninfo de la UB. Óleo Alegoría de las Ciencias Morales y Sociales (1883) del pintor Joan Vicens i Cots

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