Una base inestable
El hotel Rigopiano, arrasado por un alud, se erigió sobre restos de pasados aludes.
Dos documentos conocidos ayer muestran que el hotel Rigopiano, donde aún se busca a 22 personas sepultadas por el alud del pasado miércoles, se construyó en un terreno formado por depósitos sedimentarios de corrimientos de tierras y también de avalanchas de nieve. Esta información se incorporará al sumario abierto por la fiscalía de Pescara para determinar eventuales responsabilidades en la catástrofe.
La denuncia fue lanzada por el Forum H2O Abruzzo, que exhibió un mapa geomorfológico de 1991 sobre las cuencas hidrográficas de la región, confirmado por otro mapa hidrogeológico del gobierno regional. Los mapas evidencian que el hotel fue construido, hace más de 40 años, sobre un terreno elevado formado por sedimentos –también producto de aludes– que bajaron de la montaña a través de un canal natural que termina donde está el albergue. Este riesgo potencial no se tradujo en medidas de protección para el albergue –como la construcción de una barrera en la montaña o la obligación de evacuación ante grandes nevadas– ni en la inclusión en un plan antialudes.
Se supo también que el administrador del hotel, Bruno Di Tommaso, envió un correo electrónico varias horas antes del alud al prefecto provincial, a la policía y al alcalde de Farindola (el pueblo más cercano), expresándoles que los clientes estaban “aterrorizados” por la nieve acumulada, la falta de electricidad, el no funcionamiento de los teléfonos móviles y el agotamiento de gasóleo para el grupo electrógeno. Fue una llamada de ayuda que no fue atendida porque se consideró que había otras emergencias mayores en la zona en aquellos momentos.
Otro elemento nuevo –y que sospechosamente se había ocultado– fue la identificación de un desaparecido del que no se tenía noticia. Se trata de Faye Dame, un senegalés de 30 años, con estatuto de refugiado, que trabajaba en el hotel y que quizás no tenía todos los papeles en regla.
Los equipos de rescate continuaron trabajando y localizaron a la séptima víctima mortal del alud, una mujer. Las esperanzas de hallar todavía a supervivientes no se han perdido del todo. Sería posible, en teoría, que hubieran quedado bolsas de aire, cavidades protegidas. Un buen augurio fue que se hallaron tres cachorros vivos, crías de la pareja de perros que también se salvó y cuyo hallazgo precedió en pocas horas al rescate de los primeros supervivientes.
Los equipos de rescate localizan a la séptima víctima, pero quedan 22 desaparecidos