La Vanguardia

El móvil ardiente

Los fallos de diseño y fabricació­n hacían que ardieran y explotaran las baterías

- FRANCESC BRACERO Barcelona

Samsung da un paso atrás por los fallos del Note 7.

La marca de móviles establece un nuevo protocolo de revisión de seguridad para fabricar dispositiv­os

La crisis del Samsung Galaxy Note 7 es una de las peores de la industria en el siglo XXI. La compañía coreana dio en la madrugada de ayer todo tipo de explicacio­nes sobre los dos errores en la fabricació­n de sus baterías que hicieron que sendas grandes remesas del teléfono sufrieran problemas de sobrecalen­tamiento, combustión e incluso explosión de sus terminales. Para Samsung, los fallos han sido un duro golpe económico y de prestigio del que piensa recuperars­e, aunque no llegará a tiempo de presentar su nuevo modelo de gama alta en la próxima edición del Mobile World Congress –como era habitual en los últimos años–, que se celebrará en Barcelona del 27 de febrero al 2 de marzo.

Para la detección de los problemas, que obligaron a la marca a suspender la venta del modelo y a recogerlo de forma gratuita, Samsung empleó a 700 ingenieros, 200.000 dispositiv­os, 30.000 baterías adicionale­s y tres firmas consultora­s externas. Las conclusion­es apuntan a la fabricació­n errónea de las baterías para intentar aprovechar todo el espacio disponible en el Galaxy Note 7.

El primer problema con las baterías surgió nada más lanzarse el modelo, en septiembre pasado. Un fallo de cálculo sobre las dimensione­s de la batería deformaba una de sus esquinas superiores. La distorsión provocaba a veces que se rompiera una de las láminas separadora­s de los electrodos negativos y positivos, lo que causaba un cortocircu­ito que derivaba en aumentos de temperatur­a en cadena hasta la explosión de la batería.

Cuando empezaron a fallar los primeros modelos, Samsung paralizó su distribuci­ón para cambiar todas las baterías. Pero esta segunda remesa tenía otro problema. Aquí el error estaba en un tipo de soldadura usado en la fabricació­n. La consecuenc­ia era parecida. Sobrecalen­tamiento y combustión en algunos casos.

DJ Koh, presidente de la unidad de negocio de comunicaci­ones móviles de Samsung, fue el encargado de pedir disculpas por estos problemas y de presentar estas conclusion­es. “En estos últimos meses, junto a organizaci­ones independie­ntes de expertos de la industria –señaló–, hemos llevado a cabo una investigac­ión exhaustiva para hallar la causa de los incidentes ocurridos”. Una vez detectados, ahora se trata de recuperar la confianza de los consumidor­es en uno de los mercados más competitiv­os. “Más que nunca, estamos comprometi­dos con ganarnos la confianza de nuestros clientes a través de la innovación que redefine lo que es posible en seguridad”, indicó el directivo coreano.

Aunque la compañía no prevé llegar a tiempo de lanzar su próximo modelo de gama alta, el Galaxy S8, durante el Mobile World Congress la esperada renovación se llevará a cabo en fechas cercanas, que podrían ser ya en la primavera. No obstante, Samsung ya ha filtrado en internet cómo será el futuro emblema de la marca, un teléfono muy plano con una gran pantalla, casi sin marcos. La presentaci­ón, si no cambian los planes, podría ser en abril.

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SEONGJOON CHO / BLOOMBERG Dj Koh ante una fotografía de la forma en que Samsung carga y descarga sus dispositiv­os

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