Un tercio de la dirección del PDECat renuncia por incompatibilidades

Los cuatro dirigentes del PDECat afectados por incompatibilidades –un tercio de los doce miembros de la dirección ejecutiva– renunciarán finalmente a sus cargos orgánicos en el partido. Esta es la decisión que adoptó ayer la cúpula de la formación, y que se hará efectiva en la reunión del consejo nacional del próximo sábado, a pesar de que su intención era no desvelarla hasta entonces, pero la presión interna le ha obligado a adelantar el anuncio en un claro intento de atajarla.

Los dirigentes que dejarán los puestos a los que accedieron después del congreso de fundación del partido heredero de CDC son la directora general de Coordinació Interdepartamental, Elsa Artadi –que como alto cargo del Govern tiene incompatibilidad absoluta–, y los alcaldes de Valls, Calella y Besalú y a la vez diputados en el Parlament, Albert Batet, Montserrat Candini y Lluís Guinó, respectivamente, que no pueden acumular más de dos responsabilidades. Hasta ahora, la única dirigente afectada por el régimen de incompatibilidades que había regularizado su situación había sido la consellera de Presidència, Neus Munté, que la pasada semana dejó el acta de diputada en el Parlament y se mantiene como vicepresidenta del PDECat.

Esta no era, de todos modos, la salida que tenía pensada de entrada el equipo de dirección para resolver el asunto. La idea era, más bien, solicitar la concesión de la correspondiente compatibilidad a fin de que los dirigentes en cuestión pudieran compaginar los cargos o, en su defecto, que los tres alcaldes abandonasen el escaño en el Parlament, pero esta última posibilidad quedó desestimada ante el hecho de que sus sustitutos dentro del grupo de Junts pel Sí hubieran sido en todos los casos miembros de ERC, con lo cual el peso del PDECat habría disminuido y la correlación de fuerzas entre los dos socios también se habría alterado. Un detalle en absoluto menor en un momento en que la formación heredera de CDC está recibiendo no pocas críticas por dejarse arrastrar por la estela del partido de Oriol Junqueras que ha sido determinante a la hora de tomar la decisión, más allá de la polémica y la tensión internas.

La coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, no escondió, a pesar de todo, su malestar con los sectores críticos que han cuestionado la actuación de la dirección ejecutiva en materia de incompatibilidades. “No pediremos la compatibilidad, a pesar de que los estatutos lo permiten”, subrayó la número tres de la formación, que lamentó que algunos de los dirigentes afectados “hayan tenido que estar más pendientes de capillas y familias”, en alusión a la pugna interna entre facciones y familias. Y, frente a ello, remarcó la corrección con que siempre se ha comportado el equipo de dirección que ella encabeza, recordó que fue votado por la mayoría de los militantes y defendió la actuación que ha desarrollado en este tiempo para “sacar adelante el encargo de construir un partido”.

Una vez los cuatro dirigentes formalicen las renuncias, las vacantes podrán cubrirse, según los estatutos del PDECat, con la propuesta de nuevos nombres que realice la dirección ejecutiva, que deberá ser aprobada, en todo caso, por la asamblea nacional por más del 50% de los votos. Pero como la composición de la dirección ejecutiva está fijada en un máximo de doce integrantes, nada obliga a cubrirlos en su totalidad y existe la posibilidad, en consecuencia, de que pudieran quedar vacantes.

La cúpula desestima la opción de dejar escaños en el Parlament porque todos los sustitutos habrían sido de ERC