La Vanguardia

Recuperar El Cabanyal

La nueva administra­ción apuesta por la restauraci­ón y archiva el modelo urbanístic­o del PP

- SALVADOR ENGUIX Valencia

El barrio valenciano El Cabanyal-Canyamelar, pegado al frente marítimo, a la playa de la Malvarrosa, fue el mayor ejemplo de resistenci­a ciudadana al modelo de urbanismo especulati­vo programado por el PP durante 25 años. Y está ahora a punto de convertirs­e en el ejemplo del cambio de paradigma, también urbanístic­o, del nuevo gobierno de izquierdas de la capital y en la Generalita­t Valenciana.

“Se acabó la destrucció­n, comienza la rehabilita­ción”. La frase la pronunciab­a hace unos días la consellera de Habitatge, Obres Públiques i Vertebraci­ó del Territori i Vivienda, María José Salvador, para subrayar este cambio de paradigma. El instrument­o será un plan de actuación que supondrá la rehabilita­ción de más de 130 edificios privados y 600 viviendas, la reurbaniza­ción de 22 calles y la construcci­ón de nuevos equipamien­tos para el barrio. Un plan que hay que confrontar con el anterior del PP: la destrucció­n de 1.650 viviendas del barrio y la partición de la zona en dos para prolongar la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar.

El plan, que prevé una inversión de 36 millones de euros, supondrá también, a juicio del secretario autonómico del departamen­to y geógrafo, José Vicente Boira, “recuperar la dignidad pública en El Cabanyal”. Y acabar con un tiempo “que quería arrasar un lugar emblemátic­o”.

El Cabanyal ha sido un símbolo de lucha contra un modelo de gestión de la ciudad. El Ayuntamien­to de la finada Rita Barberá diseñó un plan especial de protección y reforma interior (Pepri), para el barrio que preveía la destrucció­n de miles de viviendas con la intención de forzar la prolongaci­ón de una arteria de la ciudad hasta el mar. Eran los tiempos del boom inmobiliar­io. Diversos colectivos del barrio, unidos en el movimiento Salvem el Cabanyal, iniciaron una lucha para protegerlo, política y en los tribunales.

En el 2010 el Ministerio de Cultura paralizaba el plan y el Ayuntamien­to inició lo que Boira califica de “años de ruina”. La corporació­n abandonó el barrio, anuló licencias de rehabilita­ción y forzó la degradació­n de su ecosistema social. Lejos de rendirse, el barrio siguió su lucha, en un tiempo en que el PP llenaba la ciudad de “grandes eventos” como la fórmula 1 –cuyo trazado invadía el barrio–.

La guerra también tuvo un duro frente en los tribunales, en los que el PP perdió todas las batallas, en beneficio de un área de la ciudad con edificios de alto valor histórico y cultural. El Cabanyal se convertía en los últimos años de Rita Barberá en el muro de contención de la política urbanístic­a especulati­va.

El cambio de color de gobierno en la ciudad y en la Generalita­t Valenciana supuso un cambio también de perspectiv­a. En estos últimos 20 meses, ambas administra­ciones han trabajado contra reloj para suspender todas las acciones previstas por el PP y para iniciar la recuperaci­ón del barrio. De un lado, preparando un nuevo Pepri en fase de redacción. Y del otro, activando el plan anunciado hace unos días para comenzar la reurbaniza­ción del barrio y la restauraci­ón de cientos de viviendas, tanto de particular­es como de espacios públicos para los ciudadanos. A juicio de María José Salvador, “este cambio de paradigma es el final de un tiempo que ya es historia”.

Mensaje del nuevo Gobierno valenciano: “Comenzamos la rehabilita­ción, se acabó la destrucció­n”

 ?? MANUEL BRUQUE / EFE ?? Vista general de la zona afectada por la prolongaci­ón de la avenida Blasco Ibáñez a través del barrio de El Cabanyal
MANUEL BRUQUE / EFE Vista general de la zona afectada por la prolongaci­ón de la avenida Blasco Ibáñez a través del barrio de El Cabanyal

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