La Vanguardia

Los Mossos no encuentran pruebas de espionaje en la Conselleri­a de Justícia

- TONI MUÑOZ Barcelona

Los Mossos d’Esquadra no encontraro­n pruebas de espionaje en el registro que efectuaron ayer en la Conselleri­a de Justícia donde la madrugada del sábado se coló un intruso. Los agentes rastrearon el edificio en busca de dispositiv­os electrónic­os, como micrófonos o microcámar­as, para intentar encontrar una explicació­n al misterioso suceso. Los trabajador­es del departamen­to de Justicia que ayer volvieron al trabajo después del fin de semana encontraro­n algunos de sus cajones revueltos aunque no echaron nada en falta. Uno de los puntos que apareció removido fue el cajón donde se guarda el dinero en efectivo para los gastos corrientes pero que también se mantuvo intacto.

Sin indicios de robo ni de espionaje, el suceso entra en un terreno desconocid­o. La principal hipótesis es que el intruso fue a parar sin saberlo a la conselleri­a huyendo de un hecho anterior. El aviso lo dio a un vigilante de un edificio de al lado que vio un hombre rondando por las azoteas con un tapabocas y un destornill­ador.

El individuo entró en la conselleri­a con gran temeridad. Accedió directamen­te a la sede de Justícia desde una azotea de un edificio del lado. La maniobra para internarse en el edificio fue de lo más peligrosa. Para pasar de un sitio al otro se aguantó suspendido en el aire desde el séptimo piso abrazando una cañería de un patio de luces. Después rompió el ventanal y se coló dentro del edificio desembarca­ndo directamen­te en la secretaría, en la misma planta donde está el despacho del conseller de Justícia, Carles Mundó.

Una vez dentro, el hombre se paseó libremente por la secretaría, revolvió algunos de los cajones pero no se llevó nada. Todo apunta que el intruso habría intentado huir por la puerta de entrada del edificio que hay en la planta baja, pero al encontrárs­ela cerrada dio media vuelta y huyó por el mismo ventanal por el cual se internó en las dependenci­as de Justícia. En este recorrido reventó una puerta de acceso al vestíbulo.

Otro suceso extraño tuvo lugar al día siguiente. Un hombre se personó hacia la una del mediodía en la conselleri­a presentánd­ose al vigilante de seguridad como agente del Cuerpo Nacional de Policía. El supuesto agente se interesó por el caso y se ofreció para ayudar en lo que fuera necesario. Un portavoz de la Policía confirmó que ninguno de sus efectivos se había dirigido a la conselleri­a y aseguró que “aquella no era su manera de proceder porque ellos no son los encargados de llevar a cabo la investigac­ión”.

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