Los agentes rurales piden poder llevar armas
Los guardas reclaman que se desarrolle un reglamento aprobado en el 2003 que permita mejorar sus condiciones de trabajo y su seguridad
Entre el colectivo de cazadores veteranos se lamenta que no exista una ley catalana que regule las prácticas cinegéticas
La desgraciada muerte de dos agentes rurales el pasado sábado a manos de un cazador ha reactivado el debate sobre las medidas de seguridad que los miembros de este cuerpo deberían adoptar para mejorar sus condiciones de trabajo. Un compañero de Xavier Ribes y David Iglesias, como ellos, miembro de CC.OO., Josep Maria Baiget, concejal de la Paeria de Lleida, reivindicó ayer la necesidad de un reglamento de armas para los agentes rurales “que nos asegure poder trabajar con la máxima profesionalidad y seguridad”.
El cuerpo de Agentes Rurales dispone de una ley aprobada por el Parlament de Catalunya el año 2003, pero Baiget denuncia que el reglamento que la desarrolla en esta materia no se ha planteado siquiera. “Esta normativa que ya tendría que haber sido aprobada sería la que tendría que determinar la necesidad o no de llevar un arma, según la situación, y también qué tipo de arma”, manifestó a RAC1. Baiget, como muchos de sus compañeros, opina que en determinadas ocasiones, y más en inspecciones de caza, “los agentes deberían disponer de un arma corta pero también de las instrucciones precisas para utilizarla”.
Baiget distinguió entre los colectivos de cazadores. “Los agentes conocen el territorio y también a los cazadores autóctonos, con los cuales hay un trato coloquial, pero también hay gente que acude armada, con permisos, pero sin ningún vínculo emocional con el territorio, en ocasiones hostil y con falta de respeto”. En este sentido, también reclamó una revisión de los criterios por los que se rigen los cotos de caza, de titularidad pública y privada. Muchos de esos cotos municipales son gestionados por las sociedades de cazadores locales. “Los responsables de los cotos deberían ser cuidadosos en la concesión de permisos para practicar la caza. Sólo se debería autorizar a cazadores que acrediten profesionalidad, no a cualquiera que pague la tarifa. No les habría de perder el afán de lucro”, concluyó.
Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha, fue más contundente y reclamó “la inclusión de este cuerpo en la ley de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y que sus agentes puedan tener acceso a la licencia de armas tipo A”. “Desgraciadamente, ya habíamos denunciado estas situaciones”.
Entre los cazadores de las Garrigues consultados por La Vanguardia, habituales de sus propios cotos, la presencia de estos cazadores ocasionales desvirtúa los valores de la caza tradicional. “Hay que distinguir –explica uno de ellos– entre cazadores y escopeteros. Los cotos se llenan de gente que no va a cazar, van a disparar a todo lo que se mueva”, afirman. Entre el colectivo de cazadores veteranos se lamenta que no exista una ley catalana que regule las prácticas cinegéticas. “Catalunya en materia de caza sigue los parámetros legales de la ley de caza española, una ley franquista”. Los cazadores consultados recuerdan que, además del permiso de armas, la licencia de caza y el pase del coto, el cazador ha de suscribir un seguro de responsabilidad civil en previsión de incidentes. “No hay que olvidar –dice un cazador– que la caza no obliga a matar. Se puede practicar sin arma y la presa puede recobrar su libertad”, dicen.
Una entidad conservacionista como Depana mostró ayer su duelo por la muerte de los dos agentes y consideró fundamental la tarea del cuerpo para la protección del medio natural y rural. Con todo, pidió un debate sobre las condiciones en las que se desarrolla la caza. También la presidenta de la Associació en Defensa dels Drets dels Animals, Carmen Méndez, pidió al presidente de la Generalitat que los agentes fallecidos “sean condecorados a título póstumo con el más alto reconocimiento como ejemplo de la meritoria labor que está ejerciendo este cuerpo en defensa de la naturaleza”.