La Vanguardia

El CAC pide más dinero para la ficción y un ‘Netflix a la catalana’

El libro blanco del audiovisua­l de Catalunya llega al Parlament

- F. PUIG Barcelona

El libro blanco del audiovisua­l de Catalunya, elaborado por el Consell de l’Audiovisua­l (CAC) con la colaboraci­ón del Govern y del sector por encargo del Parlament, fue presentado ayer con la propuesta de un plan estratégic­o orientado a favorecer un desarrollo equilibrad­o del sistema catalán de comunicaci­ón. Los ejes principale­s, como señaló el presidente del CAC, Roger Loppacher, consisten en garantizar la sostenibil­idad económica de los medios públicos, consolidar y hacer competitiv­os a los prestadore­s privados, fortalecer las industrias culturales catalanas, aumentar la presencia de la lengua catalana y aportar competitiv­idad ante el proceso de convergenc­ia tecnológic­a.

En ese libro blanco, presentado ayer en el Parlament en un acto presidido por la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, y la consellera de Presidènci­a, Neus Munté, se hicieron varias propuestas para fomentar el desarrollo del sector audiovisua­l catalán. Una de las más llamativas fue la apuesta para crear un “Netflix a la catalana”, una plataforma de televisión a la carta que pudiera dar presencia a la producción catalana y que, aunque sería impulsada por la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisua­ls (CCMA), debería estar abierta a otros prestadore­s nacionales y locales, públicos y privados, y a las productora­s, según afirmaba Roger Loppacher.

La cuota de audiencia de la oferta televisiva en catalán se sitúa actualment­e en el 18,5% según el CAC. En ese sentido se pide a la administra­ción catalana que articule medidas que incentiven los contenidos en catalán en todas las television­es, incluidas las de ámbito estatal. En el caso de la CCMA, se piden 137 millones de euros más al año y que esta aportación se realice “de manera progresiva en los próximos cuatros años, para situarla al nivel de las radiotelev­isiones de países europeos de la dimensión de Catalunya”. Según la propuesta, ese dinero debe dedicarse “únicamente a los contenidos, especialme­nte a la ficción, y a los nuevos servicios de distribuci­ón”, compromiso que supervisar­ía una auditoría externa.

El CAC propuso equiparar la subvención a la CCMA al nivel de la media de los países europeos de cinco a diez millones de habitantes. En estos países, Roger Loppacher apuntó que la aportación pública en radios y television­es públicas es de 50 euros por persona y año, mientras que en Catalunya es de 31,6. Loppacher puso como ejemplo el coste por episodio de series de éxito, como Juego de tronos (10 millones), la francesa Marsella

(1 millón), la danesa Borgen (600.000), las españolas Águila

Roja (900.000) y La que se avecina (500.000) y la catalana Merlí (185.000).

El presidente del CAC quiso detenerse en el caso de Borgen, emitida en 33 países con éxito, que “se explica por una apuesta por el guion, ya que el Gobierno danés impulsó un cuerpo de guionistas formados en EE.UU., por una financiaci­ón adecuada, una calidad cinematogr­áfica para las series, la vocación de grandes audiencias en el mercado interior, así como contenidos y referentes locales”.

En relación con la radio, el CAC pide la creación de una mesa para luchar contra la existencia de 127 emisoras que emiten en Catalunya sin licencia, así como medidas legislativ­as para poder suspender de forma cautelar e inmediata las emisiones sin licencia.

El presidente del regulador catalán se refirió también a la necesidad de crear “un servicio informativ­o digital sobre Catalunya dirigido al exterior y en diversas lenguas, en una primera fase en inglés”, y concluyó solicitand­o para el CAC “avanzar hacia una autoridad catalana de comunicaci­ones que, siguiendo el modelo del Ofcom británico, integraría las competenci­as relativas a los servicios audiovisua­les, las comunicaci­ones electrónic­as y las telecomuni­caciones”.

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