‘La La Land’, con 14 nominaciones, arrasa en la previa de los Oscar
‘La La Land’ consigue 14 candidaturas a los Oscar
VIOLA DAVIS “Gracias por reconocer esta extraordinaria película y mi trabajo en ella”
EMMA STONE
“El éxito de ‘La La Land’ ha ido más allá de lo que imaginábamos, no puedo esperar a celebrarlo”
RYAN GOSLING
“‘La La Land’ ha sido una colaboración real, así que ver reconocido el trabajo de todo el mundo lo hace más especial”
VIGGO MORTENSEN
“Estoy entusiasmado de que ‘Captain Fantastic’ haya sido nominada. Nuestra película tiene corazón y cerebro”
ISABELLE HUPPERT
“Es una gran alegría y un gran honor, significa mucho para mí esta nominación y la de Paul Verhoeven”
NAOMIE HARRIS
“‘Moonlight’ ha llegado a muchos corazones en un momento en que la gente buscaba compasión y conexión con el mundo”
JEFF BRIDGES
“¡Que emoción! Sobre todo por una película que siento tan cercana a mi corazón”
DEV PATEL
“Para ser totalmente honesto, la noticia aún no me ha entrado en la cabeza, pero me siento abrumado y muy agradecido”
NICOLE KIDMAN
“Sobre todo quiero agradecer a la familia Brierley por ponerse en una situación tan vulnerable compartiendo su historia con todo el mundo”
MICHAEL SHANNON
“¡Estoy emocionado! Me ha encantado hacer esta película, volvería a repetir”
La posibilidad de Oscar –la esperanza– se mide en el número de candidaturas que obtiene una película a cualquiera de esas famosas estatuillas. Los números de este año son incontestables: con 14 nominaciones, buena parte de
esa esperanza recae del lado de La
La Land.
El neomusical de Damien Chazelle vuelve a batir récords como ya hizo en los Globos de Oro, cuando consiguió siete premios de siete nominaciones, el pleno. Con las candidaturas hechas públicas ayer, se sitúa en la cúspide de las películas con más candidaturas de la historia, junto a Titanic y Eva al desnudo . La música, pues, su música, se impone.
Como se impone la diversidad racial y cultural en un año que, tras dos de monocromía blanca –con las consiguientes protestas de los cineastas negros y simpatizantes– se tiñen en esta ocasión de vida y color. De ninguna del año pasado a seis candidaturas, en diversas categorías, para intérpretes negros.
Incluidos Denzel Washington, por Fences, y Ruth Negga por Loving, en el apartado de mejor interpretación. Sin olvidar títulos, en el apartado a mejor película –una de las categorías estrella de los Oscar– como Moonlight sobre la vida de un joven gay negro, y la misma Fences antes señalada, filme dirigido por Washington sobre una familia disfuncional, marcada por el carácter áspero del padre (Washington). Ambas pendientes de estreno. A estos dos títulos cabe añadir Figuras
ocultas, ya estrenada, sobre las contribución de tres científicas de color en el primer alunizaje.
Cada año la Academia de Hollywood puede nominar hasta 10 títulos en el apartado anterior; esta vez se ha quedado con ocho. Además de los títulos citados, figuran en esa categoría el melodrama Manchester
frente al mar (por estrenar España); el apreciable neowestern Comanchería, ya estrenado; la cinta de ciencia ficción La llegada, del canadiense Dennis Villeneuve y también en cartelera, como las hazañas bélicas de Mel Gibson –nominado además en la categoría de mejor director– que es Hasta el último hombre. Completa el apartado el filme Lion, que se estrena el viernes. Uno de sus protagonistas, el actor de origen indio Dev Patel (Slumdog Millionaire) también ha sido nominado como actor de reparto.
Son candidaturas que hablan de variedad racial y perdón –en el caso de Gibson, al menos, un apestado en Hollywood–. ¿Es el resultado de la mala conciencia de la industria del cine? ¿La fuerza de las protestas? ¿Marcan propósito de enmienda? ¿O es tan sólo la reacción ante la supremacía blanca que supuesta- mente encabeza Donald Trump?
Sólo hay que recordar, en ese sentido, el emocionado discurso contra Trump de Meryl Streep en los Globos, “esa actriz sobrevalorada” –según el nuevo presidente– que consigue en esta edición otra nominación por Florence Foster Jenkins, y van más de viente. Con esta candidatura, si gana, Streep podría lograr su cuarto Oscar. ¿Sobrevalorada?
Pero no se pude olvidar la mejor razón de todas: las aspirantes a Oscar que uno ha visto, así como las buenas críticas que preceden a las pendientes de estreno, hablan de buenas películas. Ahora bien ¿el apabullante triunfo de La La Land es una exageración?
Al mediodía de ayer se anunciaban esas 14 candidaturas a los Oscar, incluida mejor película, director y actores principales, para Ryan Gosling y Emma Stone, sin olvidar el doblete en el apartado de mejor canción, para Audition (The fools
who dream) y City of stars. Una ava-
LA OPINIÓN DEL SECTOR “La América de Trump necesita el optimismo de ‘La La Land’”, dice el cineasta Paco Cabezas
lancha de nominaciones que deja la puerta abierta para un nuevo récord (o no), el día de la entrega de los Oscar el próximo 26 de febrero. El éxito incontestable de La La
Land empieza a abandonar el territorio del debate cinematográfico para entrar en el sociológico. Vale la pena señalar, en ese sentido, que el filme de Chazelle habla de uno de los asuntos más apreciados por los académicos y académicas de Hollywood año tras año, y ese asunto no es otro que ellos mismos: Hollywood. El académico generalmente blanco y generalmente maduro no ha debido de ser indiferente a ese asunto, como no lo fue tampoco cuando votó masivamente The artist y la más reciente Birdman, por citar dos títulos de Oscar, donde ambos hablaban del triunfo y el fracaso en la meca del cine. Como La
La Land, sin ir más lejos. La relación entre las nominaciones y el contexto es clara para el sector en España. “Parece que la Norteamérica de Trump necesita ese optimismo”, opina el realizador andaluz Paco Cabezas, buen conocedor de Hollywood, donde ha dirigido a Nicolas Cage, entre otros. Al hablar de optimismo, Cabezas se refiere a obviamente a La La Land y “la energía que transmite” el filme, que “va a arrasar” en la gala: “No creo que los académicos apuesten por películas de contenido más social y complicado como Moonlight o Manchester by the sea, aduce. Es más, las candidaturas a Mejor Película asignadas a estas obras y Fences son a su juicio lo que allí llaman
guilt nominations; nominaciones por complejo de culpa que se llevarán la estatuilla. En suma, “la gente en Estados Unidos quiere y necesita evadirse” y eso ofrece La La Land.
Para Javier Ruiz Caldera, el cineasta de Viladecans conocido por
Spanish Movie y Anacleto, la preselección de la Academia hollywodiense es “sosita”, como corresponde a una cosecha “floja” en el cine estadounidense. Un claro exponente de ellos son, según él, las 14 nominaciones a La La Land: “Una exageración para una peli bonita, simpática y agradable” pero no de récord en los Oscar. Y será “una paradoja” que arrase teniendo en cuenta que la fuente de la que bebe, Cantando
bajo la lluvia, ni siquiera estuvo nominada a Mejor Película.
La también directora Belén Macías, de Tarragona y cuyo último largometraje es Juegos de familia, considera que La La Land ha ganado “porque es la esencia del espectáculo y porque la gente quiere disfrutar”. Agrega que la alegría y el homenaje al cine que contiene el filme reflejan “el buen momento que vive Hollywood”, situación que pone en contraste con la que atraviesa en España, donde “no tiene ayudas”. Y el cine “debería ser una política de Estado”, señala. Macías celebra la nominación del corto español
Timecode, que “se lo merece todo”. festivales del mundo consagrados al corto. Pero, ¡qué caramba! , un Oscar es un Oscar –o al menos la posibilidad de alzarse con él– y ayer Giménez celebraba la buena noticia con parte del equipo del filme.
“Con los que han podido escapar”, bromea el cineasta barcelonés. Los protagonistas de Timecode, la bailarina Lali Ayguadé y Nicolás Ricchini no pudieron participar en la celebración. Ambos protagonizan una historia de amor y melancolía entre dos guardas de un parking, uno en el turno
No ha podido repetirse el hito del año 2007, en que dos cortos españoles –Éramos pocos, de Borja Cobeaga, y Binta y la gran idea, de Javier Fesser– fueron seleccionados para los Oscar. Títulos que se suman a la media docena larga de cortos que Hollywood ha tenido en consideración para sus premios desde 1996. “El corto, como formato, vive un gran momento”, señala Juanjo Giménez.
“Tan sólo habría que conseguir que la gente los pudiera ver; que tuvieran la visibilidad que merecen”, dice el director.