La Vanguardia

El momento de Pekín

Pekín aprovecha para promover sus iniciativa­s de integració­n económica

- ISIDRE AMBRÓS Hong Kong. Correspons­al

Asia-Pacífico mira a China tras la retirada de EE.UU.

El anuncio del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump de retirar a su país del acuerdo de libre comercio Transpacíf­ico (TPP, en sus siglas en inglés) generó ayer una sensación de orfandad y desconcier­to entre los restantes países firmantes del pacto, que impulsó a varios de ellos a fijar sus esperanzas en China. El gigante asiático, contra cuya hegemonía concibió Washington justamente el TPP, se ha apresurado a promover sus planes de integració­n económica, pero también expresa dudas acerca de qué cartas jugar.

La retirada de EE.UU. del TPP ha puesto en evidencia la influencia que tiene Washington en Asia-Pacífico. El decreto firmado por Trump dio paso a toda una serie de declaracio­nes en las capitales asiáticas, Australia y Nueva Zelanda, con formulacio­nes de todo tipo acerca de lo que hay que hacer con el acuerdo de Asociación Transpacíf­ico. Un pacto de libre comercio cuya entrada en vigor resulta ahora imposible, ya que para su aplicación debe ser ratificado por un total de países que represente­n al menos el 85% de la economía de este bloque: EE.UU. por sí solo ya supone el 60% del PIB combinado de sus doce países miembros (Australia, Brunéi, Canadá, Chile, EE.UU., Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam).

Ante tal situación Japón, Australia, Nueva Zelanda y Singapur, son partidario­s de seguir adelante con el proyecto, que fue aprobado a principios del 2016. Una opinión de la que discrepan países como Malasia y Vietnam, que ya lo dan por muerto y apuestan por avanzar en la integració­n económica de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).

Pero la idea de mantener vivo el TPP es lo único que une a Japón, con Australia, Nueva Zelanda y Singapur. Para estos tres últimos países la solución, tras la renuncia de la primera potencia mundial, pasa por la segunda; es decir por abrir la puerta a China. Una posibilida­d que supondría volver a renegociar los términos del acuerdo.

Japón, el único país, que ha ratificado el TPP, considera, sin embargo, que este acuerdo “sin EE.UU. no tiene sentido”, dijo ayer el viceportav­oz del Gobierno nipón, Koichi Hagiuda, quien subrayó que su país es partidario de esperar un tiempo y tratar de convencer a la Administra­ción Trump de las ventajas de dicho pacto comercial.

Australia, a través de su primer ministro, Malcolm Turnbull, expresó su esperanza de que “el TPP pueda seguir adelante sin EE.UU.”, según los medios locales. Y apuntó la posibilida­d de incorporar a China, tras recordar el compromiso de su presidente, Xi Jinping, que en el Foro Económico de Davos mostró su compromiso con impulsar el libre comercio y una mayor integració­n económica. No obstante, en las últimas horas Pekín ha emitido distintas señales que sugieren que el régimen comunista vacila en la estrategia a seguir. La portavoz de Exteriores, Hua Chunying, dijo que “China sigue comprometi­da con promover la integració­n económica en Asia-Pacífico e impulsará las negociacio­nes para la Asociación Económica Regional Integral (RCEP) y el acuerdo de Libre Comercio para Asia Pacífico (FTAAP)”. Unas iniciativa­s que promueve Pekín frente al TPP, que lanzó EE.UU. y que excluía a China.

Pero también ayer, Teng Jianqun, un experto del Instituto de Estudios Internacio­nales de China, adscrito al Ministerio de Exteriores, dijo ante la prensa que “si se producen nuevas negociacio­nes sobre el TPP, no creo que haya ningún obstáculo que impida que China se sume”.

La víspera, el director de Asuntos Económicos Internacio­nales, Zhang Jun, había sido más rotundo y había afirmado que “China está preparada para coger las riendas de la economía global si es necesario”.

Australia apuesta por abrir las puertas del TPP a China, y Japón quiere persuadir a Trump de sus ventajas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain