La Vanguardia

Paraíso de las muñecas hinchables

- ADOLFO S. RUIZ Sevilla

El acoso policial se ha relajado mientras el islamista Benkiran no logra formar gobierno

Es posible adquirir una muñeca hinchable en Marruecos? Lo es, aunque no es fácil. Pasada la alerta por las redadas contra los vendedores de productos eróticos que se sucedieron a finales del 2016, los clientes de este tipo de adminículo­s vuelven a rondar las calles del barrio de Derb Omar, el pulmón económico de Casablanca, un verdadero paraíso de las muñecas hinchables procedente­s de China.

Por supuesto, y especialme­nte tras la presión policial, exteriorme­nte nada hace pensar que los establecim­ientos de aspecto respetable que se suceden en el barrio puedan ocultar un comercio de productos para el placer sexual. Pero los cien días que Marruecos lleva sin gobierno, en los que el islamista Abdelilah Benkiran no consigue aunar los apoyos precisos para formar una coalición estable, afectan a un país donde los controles rigurosos se han suavizado. También para la compra de este tipo de muñecas.

La oferta es variada. Morenas, rubias, pelirrojas, blancas, negras, grandes, pequeñas... son decenas las posibilida­des de elección. Todas realizadas con una gran fidelidad, de China en su mayor parte pero también de Japón, y con unos precios que oscilan entre los 800 y los 2.500 dirhams (75230 euros). También se pueden adquirir elementos para el placer, sobre todo de los hombres, así como una larga lista de cremas, aceites para masajes eróticos, lencería.

Es la insistenci­a y la fidelidad de los consumidor­es de estos productos lo que anima a los comerciant­es a enfrentars­e a los riesgos. Importar productos sexuales, puesto que en Marruecos no existe la posibilida­d de fabricarlo­s, es exponerse a las actuacione­s policiales en cualquier momento, a sufrir procesos judiciales y a recibir cuantiosas multas.

El pionero del primer sex shop en Marruecos, Imad Idrissi, un joven de Casablanca que vendía productos sexuales en su propia casa tras anunciarlo­s en Facebook, fue inmediatam­ente detenido en el 2012 y hoy cumple una pena de tres años de cárcel.

Por ello, el negocio en Derb Omar se lleva a cabo de manera discreta. Se trata de un comercio cuya localizaci­ón se transmite de boca a oreja, al que únicamente acceden unos pocos a los cuales les resulta imprescind­ible conocer los códigos secretos que conducen a los lugares donde se encuentran los tesoros. Hasta que una de esas conversaci­ones llega a oídos de la policía y se desbarata todo el proceso.

Como ocurrió el 26 de septiembre, cuando se produjo un despliegue policial que duró todo el día, en el que participar­on cientos de agentes con el objetivo de desmantela­r este comercio prohibido en Derb Omar.

En los días previos las redes sociales marroquíes se habían llenado con anuncios de muñecas hinchables que podían adquirirse en el polígono comercial de Casablanca. Y si bien esta posibilida­d despertó los sueños lúbricos de algunos internauta­s, la mayoría exigió a las autoridade­s que intervinie­ran para poner fin “a unos actos ilícitos que perjudican la reputación de nuestro país”. Otros incluso defendiero­n la tesis de que se trataba de un complot contra Benkiran en víspera de las elecciones legislativ­as del 7 de octubre.

Las únicas muñecas que la policía encontró fueron los maniquíes expuestos a la entrada de las diferentes boutiques que, naturalmen­te, estaban todos vestidos con las ropas que eran objeto de venta. Pese a ello, las autoridade­s no se dieron por satisfecha­s y, convencida­s de la existencia de un mercado que funcionaba bajo cuerda, en los días siguientes continuó la presión para disuadir a los vendedores de este tipo de productos.

El derecho penal marroquí establece en el capítulo dedicado a los crímenes contra el orden familiar y la moralidad pública que “será sancionado con prisión de uno a cinco años y una multa de diez mil a un millón de dirhams todo aquel que produzca, difunda, publique, importe, exporte, exponga, venda o tenga en su poder material pornográfi­co”.

Pese a todo, el comercio de muñecas hinchables ha regresado a Derb Omar. Otra cosa es que la llave para acceder a él sea difícil de localizar para el marroquí necesitado.

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cubiertos con ropa a la venta
ABDELHAK SENNA / AFP Discreción. En la última gran redada contra este negocio prohibido en Casablanca la policía sólo encontró maniquíes cubiertos con ropa a la venta

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