Se buscan 500 mentores para ayudar a cien refugiados durante un año
Catalunya impulsa un plan de acogida para apoyar a los asilados cuando concluye la tutela estatal
ROSA M. BOSCH Los voluntarios tendrán un papel relevante en el plan diseñado por la Generalitat para acompañar durante un año a los refugiados que hayan finalizado el programa de ayuda estatal, pero que todavía no hayan conseguido la plena autonomía y cuyos ingresos anuales durante los doce últimos meses sean inferiores a la renta mínima de inserción (RMI). En esta iniciativa del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies, presupuestada en un millón de euros para este 2017, los ciudadanos que ejerzan de mentores de los asilados tendrán la misión de ayudarlos en las gestiones básicas y en el establecimiento de vínculos sociales.
La consellera Dolors Bassa explicó ayer que en una primera fase se necesitan 500 voluntarios para atender a 100 refugiados. Durante los meses de febrero y marzo los candidatos podrán inscribirse en el portal de trámites de la Generalitat (treballiaferssocials.gencat.cat/programarefugi); de marzo a mayo se formarán y en junio ya debe estar en marcha la mentoría.
Bassa lamentó ayer los incumplimientos del Estado, que, desde diciembre del 2015 y hasta la actualidad, sólo ha autorizado la llegada a España de 1.034 personas dentro de los acuerdos de reubicación, desde Italia y Grecia, y reasentamientos, desde los campos de Turquía y Líbano, y recordó que Catalunya puede acoger “lo antes posible a 4.500 personas”. La consellera indicó que Catalunya ha pasado de albergar a 28 refugiados del programa estatal a principios del 2016 a los 470 de ahora, cifra a la que se sumarán próximamente otros 20 que se prevé que se instalen en Girona.
El Programa Català de Refugi (PCR) presentado ayer se inspira en los modelos de integración socio-laboral implantados en Canadá, Quebec e Islandia, y también en las exitosas experiencias de mentoría con jóvenes extutelados, inmigrantes y jubilados desarrolladas por diferentes entidades del tercer sector en Catalunya.
Los primeros 100 refugiados que podrán acogerse al PCR deberán llevar más de un año empadronados en Catalunya; tener ingresos inferiores a la RMI (oscila entre los 400 y los 655 euros en función del número de integrantes de una familia) y comprometerse a seguir un plan individual de actividad (PIA) que los lleve a conseguir la plena autonomía. A cambio, se les garantiza durante un periodo máximo de un año la vivienda y una ayuda económica de entre 400 y 600 euros mensuales para comprar alimentos, ropa, medicamentos y hacer frente a todos los gastos derivados de la escolarización obligatoria.
Oriol Amorós, secretario de Igualtat, Migracions i Ciutadania, subrayó que el Programa de Refugi implica también a las entidades sociales, que apoyarán a los mentores, y a los ayuntamientos y consejos comarcales, que eva-
luarán el cumplimiento del PIA por parte de los beneficiarios. Cada tres meses se analizará cómo evoluciona cada persona y, en función de sus progresos, si alcanza la autonomía necesaria. Si, por el contrario, no cumple el PIA o no hace un uso correcto de los recursos recibidos, deberá abandonar el programa.
Durante este año, los cien refugiados aprenderán catalán y castellano, asistirán a las sesiones de orientación, formación e inserción laboral y participarán en las actividades que se consideren oportunas en cada caso para establecer vínculos con las personas de su entorno. Cada beneficiario contará con el apoyo del denominado grupo de acogida, integrado por entre tres y cinco mentores. Su papel es crucial, pues les ayudarán a la hora de efectuar todo tipo de trámites, en la búsqueda de trabajo y en la planificación del PIA.
Las personas que quieran ser mentores deben superar una entrevista personal en la que se valorará la empatía, la iniciativa, saber escuchar, la disponibilidad (entre dos y cuatro horas a la semana) y la capacidad para potenciar las habilidades de los refugiados. Después, los seleccionados seguirán un curso.
Bassa reiteró que Catalunya está en disposición de acoger más personas que huyen de la guerra y que malviven en campamentos. “Disponemos de 1.250 plazas en pisos y otros recursos residenciales de 45 municipios”, detalló la consellera, que también pidió al Gobierno que facilite la llegada de jóvenes universitarios y de 271 personas “especialmente vulnerables” que diferentes oenegés catalanas han detectado en campos de refugiados.
A cambio de cumplir un plan de actividades, los beneficiarios tendrán casa y gastos cubiertos Deberán superar una entrevista en la que se valorará disponibilidad, empatía e iniciativa