La Vanguardia

El mal gusto contra Barron Trump pasa factura

Suspendida una guionista por un tuit cruel sobre el niño

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

Como recienteme­nte las gemelas Bush recordaron en una afectuosa carta a las hermanas Obama, nadie les pidió la opinión, ni a unas ni a otras, a la hora de dejar sus hogares y mudarse a la Casa Blanca.

Y todo lo que eso significa de convertirs­e, sin comerlo ni beberlo, en celebridad­es.

Esta es la hora de Barron, un niño de diez años y muecas elocuentes. El quinto hijo del presidente septuagena­rio Donald Trump –sus hermanos, de otras madres, ya han cumplido la edad de los que habitualme­nte son los tíos– no tiene quien le escriba en el club de los primeros hijos de Estados Unidos.

Chelsea Clinton, que sufrió las turbulenci­as mediáticas por la mala cabeza (y otras cosas) de su padre en el trato con la becaria Lewinsky, le ha echado un capote. Pero más bien ha dejado la impresión de que, más que solidariza­rse con él, buscaba sonrojar a su progenitor.

De momento, Barron ha regresado a Nueva York, al colegio privado de la élite en el Upper West Side de Manhattan –el mismo al que Pep Guardiola llevó a sus hijos durante su año sabático del banquillo–, donde ha ido desde los cinco años, cuando entró en kindergart­en.

Dicen los que le han tratado en la escuela que es un niño “normal”, que nunca ejerció de ser hijo de quien es. Que llevaba más que bien la victoria electoral de su padre, aunque la madrugada del 9-N apareció junto a él, mientras daba su discurso de la victoria, y no disimuló que se dormía o se aburría.

Entonces ya llamó la atención en las redes sociales. Ha sido ahora, sin embargo, que el caso Barron ha estallado con crudeza. Su estampa en la inauguraci­ón ha propiciado que internet se haya llenado de memes y chistes sobre él.

Ha habido de todo, incluida una severa reacción contra el tuit de Katie Rich, una de las guionistas del mítico programa

Saturday Night Live (SNL), que se pasó en la acidez de su sátira.

“Será el primer tirador del país escolariza­do en casa”, escribió Rich. Además de la falsedad, el mal gusto. El escándalo saltó de inmediato. La autora borró el texto y desactivó su cuenta. En poco rato se recogieron cerca de 80.000 firmas solicitand­o el despido. La cadena NBC, que emite el programa comunicó a Rich la suspensión indefinida. Ella regresó a Twitter este lunes. “Pido sinceras disculpas, lamento mi acción y mis palabras ofensivas”.

Trump, que arremete por tuiter contra SNL porque no le gusta cómo le tratan, esta vez guardó silencio. Pero ayer , el portavoz del gobierno emitió un comunicado: “Es una tradición que a los hijos de los presidente­s se les dé la oportunida­d de crecer fuera del foco de la política. La Casa Blanca espera que esta tradición continúe”.

La escritora del ‘Saturday Night Live’ pide disculpas tras su burla y el escándalo consiguien­te

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