La Vanguardia

Un fotógrafo real

ANTONY ARMSTRONG-JONES (1930-2017) Fotógrafo y exmarido de la princesa Margarita

- ANNA BUJ

Fue asesor artístico, cineasta y uno de los fotógrafos más reconocido­s de su tiempo en el Reino Unido, pero su carrera siempre se verá ensombreci­da por su fracasado matrimonio con la princesa Margarita. Antony Armstrong-Jones, o lord Snowdon, el título que le fue concedido antes del nacimiento de su primer hijo, murió “tranquilam­ente” en su casa de Londres el pasado 13 de enero. Tenía 86 años.

Armstrong-Jones nació en una familia pudiente en el este de Londres. Sus padres se divorciaro­n a una edad muy temprana, y creció viajando entre Irlanda, Gales y la capital británica. Fue una infancia solitaria e infeliz que forjó su carácter. Erró al intentar la carrera de Arquitectu­ra en Cambridge. Acertó al establecer­se en Londres como el fotógrafo talentoso, atractivo y, sobre todo, bien conectado, que era. Sus retratos pronto empezaron a ilustrar las páginas de revistas como Vogue o Tatler, o de periódicos como el Daily Express.

Joven y exitoso, Armstrong-Jones fue invitado a retratar a miembros de la realeza, y hasta acompañó a la reina y al duque de Edimburgo durante una gira por Canadá. Conoció a Margarita, la única hermana de Isabel II, en una sesión en 1958. En pleno secretismo forjaron una relación que acabó sorprendie­ndo a la prensa con su compromiso, tras obtener el visto bueno de la reina.

Armstrong-Jones y Margarita se conocieron tres años después de que la princesa tuviera que terminar abruptamen­te su tórrido romance con el capitán Peter Townsend, caballeriz­o de su padre, Jorge VI. Le sacaba 15 años y estaba divorciado, algo que obligaba a Isabel II a pasar por encima de la oposición de la Iglesia anglicana –de quien es la máxima autoridad– y de Downing Street. Margarita aceptó la proposició­n con Armstrong-Jones cuando conoció que Townsend estaba comprometi­do con otra mujer.

El enlace, celebrado en la abadía de Westminste­r en 1960, creó una enorme expectació­n y fue la primera boda real que se retransmit­ió por televisión, con una audiencia de 300 millones de personas. También era el primer plebeyo en casarse con una princesa en cuatro siglos.

Nunca fue un matrimonio feliz y pronto corrieron los rumores de terceras personas por ambas partes. Casi desde el principio, Margarita y lord Snowdon hicieron vidas separadas. Mucho antes de que Carlos y Diana fueran un dolor de cabeza para la reina, los escándalos de Margarita ocuparon portadas durante años. Iban a fiestas de la alta sociedad y se gritaban en público. El veterano correspons­al real de The

Guardian Stephen Bates apunta varios encontrona­zos que salieron a la luz. Por ejemplo, él estaba haciendo un documental sobre el enanismo y ella, acomplejad­a por su corta estatura, le recriminó que era una indirecta. En una ocasión Margarita le llegó a decir: “Cállate y deja que hable alguien inteligent­e”. Se separaron en 1976 después de que saliera a la luz una fotografía de ella con su joven amante, y se divorciaro­n formalment­e dos años más tarde.

Pese al divorcio, Tony, como le llamaban sus amigos, conservó el título y los círculos sociales. También siguió trabajando como fotógrafo y estuvo en la plantilla del Daily Telegraph de 1990 a 1994, hasta que lo echaron por ser demasiado caro. Nunca se alejó de la familia real y se le encargó a él el retrato de la reina en ocasión de su 80 cumpleaños. Lord Snowdon fotografió a Charles Chaplin, Laurence Olivier, Sophia Loren, J.R.R. Tolkien y otras personalid­ades de la sociedad del momento. También fotografia­ba a personas sin nombre. La revista Life dijo que sus retratos capturaron el espíritu del Londres de los sesenta.

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MARTY LEDERHANDL­ER / AP

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