La Vanguardia

Cristiano, el epílogo

- Albert Gimeno

Vuelve la Copa y vuelven los debates, los estados de ánimo, el acierto de los equipos y el termómetro al que están sometidas las grandes figuras. Y para variar hoy y mañana asistiremo­s a un nuevo capítulo del intenso culebrón protagoniz­ado por Messi y Cristiano Ronaldo. La vida es caprichosa y la futbolísti­ca más si cabe. Ronaldo ha pasado de estar a punto de caer en el lago que reflejaba su, para él, extrema belleza, de ser un gladiador jaleado por la grada que más que caminar levitaba sobre el césped, a convertirs­e en un mortal perjudicad­o por un nivel de fútbol más ramplón de lo habitual debido a sus problemas físicos.

Silbado por su propia afición, Cristiano parece haber entrado en el momento final de su carrera en el que le va a costar mantener un estatus de jerarquía, que ha brillado junto a Messi. El triunfo del Balón de Oro y el premio The Best tienen algo de canto del cisne. La calidad del juego rematador de Ronaldo no se puede discutir pero su rendimient­o sobre el césped se verá cada vez más afectado por los rigores de la edad.

Su juego todavía puede ofrecer coletazos de delantero eléctrico y resolutivo (nadie puede asegurar que no la líe hoy en Balaídos) pero la tendencia natural será ver un Cristiano más similar al que zozobró contra el Málaga que al mariscal ejecutor de las zagas rivales.

Messi en cambio sigue ofreciendo esa cara luminosa del crack que se sabe decisivo en su equipo y que, por si fuera poco, tiene la intención y todo el repertorio para dilatar su carrera. El argentino sigue ofreciendo recitales de enjundia. Ahora un pase estratosfé­rico, luego un remate con

El duelo entre Messi y Ronaldo será cada vez más favorable al argentino; cuestión de edad y calidad

seda en el borceguí, más tarde un cambio de ritmo que quita el hipo y así hasta que el árbitro pita el final del partido. El físico lo administra y le permite esas exhibicion­es pero por encima de todo la magia de su fútbol le coloca en un lugar difícil de olvidar en este deporte. Sampaoli le comparó con Batman y no le falta razón. Su lenguaje en la cancha no tiene traductor posible. Tan fácil y tan difícil al mismo tiempo. El artificial duelo entre Messi y Cristiano, siempre hinchado por las necesidade­s de la sociedad de establecer duelos de máxima tensión, se inclinará de un modo cada vez más vertiginos­o del lado del argentino. La vida siempre nos ha ofrecido emparejami­entos al límite: Kubala y Di Stéfano, Callas y Tebaldi y por supuesto Joselito y Belmonte, la pareja de toreros que revolucion­aron el país en el arranque del siglo XX. El primero deslumbró a las masas por sus condicione­s atléticas. El segundo pasó a la historia como el artista del toreo moderno. ¿Les suena de algo?

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