Cruel adiós de los ‘hispanos’
Croacia impide que España dispute su quinta semifinal consecutiva en un duelo de infarto
“Los cuartos de final siempre son un partido dramático”, aventuraba Joan Cañellas en la previa. La experiencia le asistía. Y más ante los croatas. Contra los balcánicos, históricamente, la moneda puede caer con la misma facilidad hacia la tragedia que hacia la felicidad. Ayer le tocó a España la fatalidad. No por falta de fortuna ni por decisiones arbitrales, sino porque Croacia, su víctima preferida los dos últimos años, jugó mejor, acertó más y fue más sólida buscando el camino de las medallas. España se quedará sin poder disputar su quinta semifinal consecutiva desde el 2013 y cuarta mundialista seguida (desde 2011).
Fue un adiós cruel para los hispanos. Sobre todo por la manera de caer, desangrándose por el camino, dejándose la piel, aferrados a su espíritu combativo, llegando casi hasta la orilla después de mucho nadar a contracorriente, pero muriendo en la última brazada. A España le faltó acierto en el tiro, un gol más con el que ponerse en algún momento por delante en el tramo final y llevase el nerviosismo a los croatas. Pero nada, Stevanovic, con 9 paradas, impidió varias veces a los hispanos ponerse uno arriba o empatar, como el tiro detenido a Cañellas a falta de 5m que podía haber sido el 29-29. Luego, como suele pasar, llegaron las prisas. El último minuto, con el 29-30, tras parar Corrales, España jugó fatal el ataque final. No llegó ni a tirar para forzar al menos la prórroga.
Sin embargo, honestamente, la selección española no perdió ahí la eliminatoria de cuartos. Se la dejó en la primera parte, encajando 17 goles, síntoma de que su defensa, otra veces compacta, intensa, agresiva, esta vez no estuvo a su mejor nivel. Y sin muro sólido no hay paradas en la portería (un pobre 7/25, 28%, de Pérez de Vargas en el primer tiempo), ni hay recuperaciones, ni tampoco contragolpes, el mejor arma de los hispanos. Ayer sólo marcaron 5 goles a la carrera...
Pese a que España arrancó bien, con rapidez y efectividad, sobre todo de Fernández, y llegó a mandar de 2 goles (8-6, a los 11m 30s), mostró signos de debilidad con el parcial de 1-5 que encajó, para ponerse a remolque del 9-11. Tuvo mucha parte de culpa el cañonero Marko Mamic, que llevaba la friolera de 7 goles en el primer tiempo. Su lanzamiento exterior hizo mucho daño, así como las paradas de Stevanovic al filo del descanso, que impidieron por dos veces la igualada antes del intermedio.
A España le hacía falta un revulsivo para levantar el partido. Ribera lo volvió a intentar con Corrales por Gonzalo, pero esta vez el meta gallego no estuvo tan acertado. Probó el técnico variando la defensa, con Goñi junto a Viran, con el 5:1... pero Croacia estaba imparable y se iba por dos veces de +5 (16-21, 18-23). Entonces resurgió la figura de Dujshebaev, que tomó la responsabilidad ofensiva. Tan errático en otros partidos, tan precipitado a la vez que atrevido, esta vez el cántabro enchufó 4 goles seguidos que permitieron a España ponerse a un gol (24-25) con un parcial fenomenal de 6-2 que obligaba a Ivica Maras a parar el crono.
Fue entonces cuando España se abonó al drama. Rivera falló un penalti, Stevanovic sacaba manos inverosímiles, la defensa no acaba de cerrar, pero aun así forzó el empate a 28 a falta de 6m 20s... Y cuando más se acercaba a la orilla, le faltó pausa, acierto, oficio. Todo el que tuvo Croacia, que supo administrar mejor el reloj y el tiro, y envió a España a casa. Se vengó de la semifinal europea de hace un año en Cracovia y del bronce del 2014 en Dinamarca. Los renovados hispanos tendrán que seguir creciendo.
UNA SUMA DE ERRORES
A España le falló la defensa en el primer tiempo, no pudo correr y erró el tiro en los minutos finales
REVULSIVO INSUFICIENTE Álex Dujshebaev lideró la reacción con 5 goles, pero faltó aportación exterior, del pivote y el contragolpe