Colau se abona a los pactos
El gobierno municipal aprueba la regulación turística con ERC y el plan de vivienda con CiU y C’s
nueva etapa arrancó ayer en el salón de plenos Carles Pi i Sunyer. Ahora unos y otros coquetean, se echan los trastos a la cabeza y cambian de tercio con gran facilidad. La política siempre hizo extraños compañeros de cama. Y la promiscuidad (política) se está abriendo camino. Tras muchos tiras y aflojas la ciudad ya tiene plan de alojamientos turísticos y plan de vivienda. Y para sacar adelante el primero el gobierno de la alcaldesa Ada Colau se apoyó en las formaciones de izquierdas, y para el segundo en las de derechas. Son dos medidas que determinarán el devenir de Barcelona durante los próximos años. El espectáculo está siendo de lo más estimulante. Llámenme optimista, ingenuo, idealista... Quizás todo sea un espejismo, pero tras lo visto los últimos meses, unos meses marcados por el desentendimiento, la indefensa comunicación y a veces la bronca, la llegada del amor libre se antoja prometedora.
El pasado estaba abocando al Consistorio a una preocupante parálisis. Los últimos plenos se despacharon con una velocidad inaudita. Ahora resta comprobar si el remedio es peor que la... La política del gobierno de la alcaldesa Colau, aún matizada por el resto de grupos, esUna tá sembrando la inquietud entre muchos sectores de la ciudad.
Barcelona dio ayer luz verde a su plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peuat), un plan, subrayaron ayer los concejales en sus debates, super-restrictivo, muy de izquierdas, la mar de intervencionista. Fue aprobado gracias a los votos favorables de los republicanos –mucho más entusiastas en su
de la iniciativa que los socialistas, que los propios socios de gobierno de Colau– y a la abstención de la CUP. La anticapitalista María José Lecha acusó al gobierno de chantajearles, de ponerles entre un Peuat a su juicio insuficiente y el caos. Los anticapitalistas cedieron. El PSC también hizo de tripas corazón y el concejal Daniel Mòdol, la defensa menos encendida de una iniciativa de gobierno que se recuerda en mucho tiempo. Además, habló tan alejado del micrófono que apenas se le escuchaba. Más ingenioso se mostró en un par de escarceos con el republicano Alfred Bosch en los debates previos a la ratificación de los convenios suscritos por el Ayuntamiento y la Generalitat sobre la L9 y la Modelo. A pesar de que es un secreto a voces que al PSC no le hace ninguna gracia este Peuat, que no se siente a gusto con un plan que tanto disgusta al tejido empresarial de la ciudad, las votaciones no dieron sorpresas.
El Gremi d’Hotels de Barcelona
Tras meses de incomunicación, las formaciones empiezan a tender puentes
emitió ayer un duro comunicado para destacar que este Peuat “subyuga y capitaliza el libre y lícito derecho de ejercer su actividad de los empresarios del ámbito del alojamiento turístico”. Los hoteleros de se oponen al decrecimiento turístico que propugna el gobierno y le exigen que “preserve la seguridad jurídica y haga cumplir la legalidad”. Además, 24 horas antes, el Consell de Gremis de Comerç, Serveis i Turisme, las asociaciones de comerciantes Barcelona Oberta y Comertia, el Gremi de Restauració y también el Gremi d’Hotels advirtieron al gobierno que sus políticas pueden desencadenar muchas demandas. De modo que, y también para inyectarle a la sesión cierto dramatismo, la concejal de Ciutadans Carina Mejías solicitó, “dadas las consecuencias jurídicas que puede tener en el futuro la aprobación del Peuat”, que la votación fuera nominal. El convergente Jordi Martí también destacó la inquietud que crece entre los empresarios. El popular Alberto Fernández se rasgó asimismo las vestiduras. El PP es el único grupo que no ha entrado en el nuevo juego. Luego, en la votación, todos los periodistas miraron a Mòdol, pero... Familiarícense con estas dos expresiones: el sí crítico y la abstención como mal menor. A la alcaldesa le costó aprender a jugar a la aritmética (muy) variable, a tratar de entenderse con aquellos a quienes tanto descalificó, a dialogar con el (muy) diferente. Seguro que el socialista Jaume Collboni le dio un buen par de consejos.
Al cabo de un rato, pocos minutos después, en el momento de debatir el plan de vivienda, se intercambiaron un montón de papeles. Fueron los neoliberales quienes mostraron más de acuerdo con las medidas del gobierno de la más conocida fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). El plan sale adelante gracias a los votos de CiU y C’s. La republicana Montse Benedí le afeó a Colau esta circunstancia. “¿De verdad que el plan de vivienda más de izquierdas es el que tiene el apoyo de la derecha? –preguntó Benedí– Ustedes prefieren un plan continuista que no da respuesta a la emergencia habitacional. No avalaremos un plan pactado con quienes dictaron las políticas de vivienda durante los últimos 36 años”. El convergente Joaquim Forn le recordó el pasado. Últimamente ERC está tan empeñada en desgastar el gobierno municipal, en presentarse como los adalides de la nueva política con opciones de ganar las próximas elecciones, que a ratos hace unas lecturas del pasado muy originales. A pesar de todo, los coqueteos continuaron, entre mini bocadillos y zumos, en la pequeña barra instalada junto a la sala de plenos. Algún concejal acostumbrado al piñón fijo reconoció de manera informal que los sucesivos cambios de chip despistan un poco, pero que de ese modo todo es más interesante.
ERC afea a la alcaldesa que pacte su política de vivienda con el PSC El PP no entra en el nuevo juego y rechaza todas las propuestas del gobierno