‘Un monstruo viene a verme’ y ‘La propera pell’ copan los Gaudí
‘Un monstruo viene a verme’ se alza con ocho galardones
Juan Antonio Bayona se impuso anoche en los premios Gaudí. Su A monster calls (Un monstruo viene a verme )se alzó con ocho de las once estatuillas a las que aspiraba en la IX edición de los premios mayores del cine catalán. El filme de Bayona, tierno e íntimo, espectacular por momentos, siempre emotivo, fue el título que más veces resonó en una ceremonia de poco más de dos horas de duración, impulsada por la del Cinema.
El filme de Bayona se alzó con el Gaudí a a la mejor película en otra lengua que no sea el catalán –está rodada en inglés– y con el Gaudí a la mejor dirección, además de llevarse el Gaudí para mejor diseño de producción, montaje, fotografía, efectos, dirección artística y sonido.
Por su parte, La propera pell, que partía con 14 nominaciones, se hizo con el Gaudí a la mejor película, uno de los grandes premios de la velada. El filme de Isa Campo e Isaki Cuesta se alzó, además, con el Gaudí para el mejor guión. Es La propera pell un turbio relato de identidad difusa, con los sentimientos a flor de piel. Protagonizado, entre otros, por Emma Suárez, que llevó el premio la mejor interpretación femenina.
La ceremonia resultó festiva, con un vago aire de comedia musical. No exenta de crítica, tal como se había anunciado. Pero crítica light, más bien amable. A veces insustancial, sin herir sensibilidades. Conducida por Bruno Oro sin causticidad. Oro se paseó por el escenario del Auditori del Forum, transformado en un viejo cine, como si fuera el plató de Polonia, de donde proceden Pau Escribano y Oriol Jara, guionistas de la ceremonia dirigida con sentido del espectáculo por el cineasta Lluís Danés, metiendo celeridad al evento. La música la pusieron, para empezar, Els amics de les Arts y su Jean-Luc. Y otro grupo: los Sopa de Cabra.
Cabe destacar dos momentos, o mejor tres. El parlamento de Isona Passola, presidenta de la Acadèmia, fue uno. Passola exigió más cine rodado en catalán, que este año sólo llega al uno por ciento, y un mayor compromiso de TV3 con el audiovisual. Otro momento intenso fue el Gaudí de Honor para Josep Maria Pou, con los 2.000 invitados que llenaban el patio de butacas del CCIB puestos en pie. Aceptó el premio en nombre de los desheredados de la profesión y de los jóvenes, con un futuro precario. Caras serias antes sus palabras, que pedían dignidad. El tercer momento llegó con el relos
Gaudí al mejor director por ‘Un monstruo viene a verme’ ‘La propera pell’, de Isa Campo e Isaki Lacuesta, se llevó el Gaudí a la mejor película
cuerdo a los fallecidos, puntuado por la voz de Marina Rossell.
No estuvo solo en la tarea Bruno Oro, no. Le ayudó buena parte de la profesión, que acabó pasando por el escenario. Como el mismo Bayona que, junto a Belén Fabra, entregó el Gaudí al mejor intérprete masculi-