Hamon vence a Valls y será el candidato socialista en Francia
La división de la izquierda y el escándalo que rodea a Fillon aúpan a Le Pen
El exministro de Educación se enfrenta ahora a la división del voto de izquierdas
La implosión del Partido Socialista, que ayer eligió en primarias a su candidato presidencial, el ex ministro Benoît Hamon, personaje sin gancho, la división de la izquierda y seudoizquierda en diversas ofertas, y, sobre todo, el inesperado descrédito del candidato conservador, François Fillon, salpicado por un escándalo de posibles ingresos ilegítimos, aúpan al Frente Nacional.
Ya no es tan descabellado pensar que el partido de extrema derecha dirigido por Marine Le Pen podría ser la próxima sorpresa, después del Brexit en el Reino Unido y de la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
La sociedad francesa no es de extrema derecha, pero la oferta institucional está configurando una situación que ofrece en bandeja de plata el voto de protesta al partido de Le Pen.
Como mínimo las elecciones presidenciales francesas de abril y mayo están bastante más abiertas a la incertidumbre de lo que parecía la semana pasada.
Hamon, 49 años, batió ayer a Manuel Valls, 54 años, nacido en Barcelona, por 58.6% contra 41,3%%. La derrota de Valls es una censura a la línea mantenida durante el quinquenio de François Hollande. Valls deseó suerte a Hamon, pero no pidió el voto para él. El Partido Socialista nacido en 1971 en el Congreso unificador de Épinay ha fallecido. En su lugar, un embrollo.
“Los gérmenes de la descomposición política están presentes, tanto a izquierda como a derecha”, constató el derrotado Valls.
Ex ministro de Educación, Hamon dimitió en 2014 tras haber apoyado el ascenso de Manuel Valls al cargo de primer ministro. Como disidente su posición fue tibia. Su programa contiene propuestas en materia de una renta básica universal asumida a medias y de legalización del cannabis que parecen más dirigidas a afirmar una diferencia en el marketing electoral que una verdadera línea política. “La izquierda levanta cabeza”, dijo anoche Hamón en su discurso tras conocerse los resultados.
A derecha de la oferta del PS está la del neoliberal-socialdemócrata Emmanuel Macron, que se presenta como ruptura radical con el estado de cosas, pese al detalle de que su autor ha sido el protagonista de la política económica hollandista. Macron, con grandes apoyos empresariales, aspira a consolidar un espacio de centro. A la izquierda del PS solo queda la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, el tribuno republicano socialista-ecologista que ha ensayado una línea intermedia entre la ruptura formal podemita (apelación directa al pueblo por encima de los partidos y con gran participación directa del público) y el apoyo de fuerzas tradicionales como los comunistas y sectores ecologistas.
El escándalo del Penélopegate, sumado al resultado de la primaria del Partido Socialista, beneficia, por este orden, a Marine Le Pen, a Macron, que podría recibir votos del hollandismo, y a Mélenchon, que podría llegar a un acuerdo de coalición con Hamon. Tanto Macron como Mélenchon aventajan a Hamon en intención de voto en todos los sondeos.
A corto plazo hay que observar la evolución de la acusación contra Fillon, a la que podrían sumarse otras de su época como senador. Si la investigación abierta desemboca en proceso judicial, el candidato ha prometido que se retirará de la carrera. Si no se llega tan lejos, habrá que ver cómo afecta a su intención de voto. Con Jacques Chirac sonados escándalos acabaron por no afectar a su candidatura. La pregunta es si la actual Francia, socialmente degradada y políticamente irritada, será tan indulgente.
Emmanuel Macron y Jean-Luc Mélenchon, beneficiarios de la eclosión del Partido Socialista