Sonreír bajo las bombas
Una muestra rememora el papel de la revista en la Guerra Civil
En los años de la Guerra Civil española, la revista Patufet peleó por conseguir un espacio de entretenimiento para los niños catalanes, a la vez que les educaba y divulgaba el catalán, una función que llevó a muchos padres a utilizar los ejemplares de la revista infantil para educar a sus hijos en los años bárbaros del franquismo.
El Memorial Democràtic acoge hasta el 31 de agosto Patufet en guerra. La il·lusió de la normalitat, una muestra dedicada a la revista infantil ilustrada y escrita en catalán que se publicó en Barcelona entre 1904 y 1938.
Con la intención de dar una nueva visión sobre la guerra, la organización ha escogido este singular caso para retratar la Guerra Civil. Al ser una revista católica y conservadora, Patufet continuó publicándose después del 18 de julio de 1936 con muy pocos cambios.
Pese a que el país se vio sumido en una cruel guerra, esta publicación mantuvo durante años la imagen de normalidad en sus viñetas para todos aquellos niños y niñas que esperaban los nuevos números cada semana. Para conseguirlo Patufet hizo uso del humor alrededor de las miserias de la retaguardia e incluso, en algunos momentos, del humor negro sobre los incontrolados, los acaparadores o el hambre. Sobre todo esto trata esta exposición que recuerda que este inquieto personaje llegó a tener más de 300.000 lectores, antes de que fuese prohibido en 1938; de 1968 a 1973 se volvió a publicar pero sin el mismo éxito. Plàcid Garcia-Planas, director del Memorial Democràtic, explica que el objetivo principal de la exposición es “hacer hincapié en la necesidad que hay de sonreír bajo las bombas, una realidad que en algunos países aún continua vigente. Una manera de recordar que estamos vivos”.
La muestra cuenta con la colaboración del escritor Julià Guillamon que aunque en un primer momento pensó que L’Esquella de la Torratxa era una revista más adecuada para ilustrar los tiempos de guerra, quedó convencido que Patufet ofrecía una visión única: la de unos ejemplares que durante años corrieron de generación en generación enseñando a los niños a leer en catalán y que, a la par, ayudó a los más pequeños a sobrellevar la dura época que vivían mostrando escenas de ilusión –aunque estas sólo acaeciesen en las familias ricas–. En la exposición pueden verse ejemplos de cómo la revista evitaba la censura mediante pequeños trucos como el de esconder ciertas referencias políticas dentro de los pasatiempos o los consejos que se daban frente a los primeros bombardeos con el ánimo de proteger a sus lectores.
La revista camuflaba referencias políticas en los pasatiempos y en los consejos para sobrevivir a la guerra